Los abogados norteamericanos tienen la curiosa tradición de trabajar gratis durante unas cuantas horas al año. A veces son 50, otras 20 y, las más, un rato corto que no incluyen en la minuta. Lo hacen en recuerdo de una vieja figura latina que se llama "Pro bono publico", es decir, por el Bien Público, que no del público ni de Público. No es necesario precisar que esa es la única buena obra que hacen en todo el año.
Ayer, contra todo pronóstico, Apple España decidió cambiar la página web que ilustra su última creación, el iPad, y lo hizo Pro bono publico. Retiró la portada del diario homónimo, que no es nada bono, por la de El País, que tampoco es bono pero al menos si es muy apreciado por el público. El diario de Prisa no es santo de mi devoción por una razón simple: el que suscribe no es de derechas, ni de izquierdas, ni de centro, ni progresista, ni conservador, ni democristiano, ni nacional, ni sindicalista, ni consejista, ni freudomarxista, ni falangista, ni socialista de cualquiera de sus sabores musoliniano, hitlerí o largocaballeresco, por no ser no soy ni capitalista, a pesar de que esto último sí que me gustaría serlo, si bien moderadamente, para que no me quitase de otras cosas más importantes, como escribir en este blog. Lo que sí que soy, aunque el hijo de cierto director de periódico –que no se atreve a nombrarme del mismo modo que en el castillo de Hogwarts no osan hacerlo con Lord Voldemort– se empeñe en llamarme ultraderechista, es liberal, y de la variedad anarcoide politicófoba-tiranicida, nada menos. Por eso me tiene manía, porque en la cola de la fosa, después del cura, va el contestatario.
Siendo lo que soy, insisto, liberal de la variedad anarcoide politicófoba-tiranicida, no me puede gustar El País, pero reconozco que es un diario prestigioso, el más leído de España y casi el único tirado aquí que uno puede encontrarse por los quioscos del mundo. Es normal que lo elijan para ilustrar a modo de ejemplo un diario español. En Estados Unidos pusieron el New York Times, en Italia el Corriere, en Alemania el Spiegel, en Francia Le Monde y en Inglaterra el Guardian. Todos son tan conocidos que hasta una monjita cisterciense de San Bernardo sabría ubicarlos en su país de origen.
Con la rectificación queda restaurado no el honor, sino el sentido común. Dudo muy mucho que en Alemania no se hubiesen quejado si, en lugar del Spiegel, los responsables de Apple en aquel país hubiesen escogido el Neues Deutschland, que sigue editándose y a lo suyo. O en Italia, si hubiesen puesto como reclamo la portada del Manifesto, que, a diferencia de Público, es un honrado diario comunista donde sus trabajadores son todos accionistas y cobran idéntico sueldo. Quizá por eso esté siempre en crisis y a punto de cerrar.
Los que no están en crisis y, muchísimo menos, a punto de cerrar son los de Apple. Fabrican productos excepcionales, fiables, robustos y refinados que hacen bueno el dicho de "Once you go Mac, you’ll never go back". Y lo digo por experiencia múltiple. Esto no quita para que de vez en cuando equivoquen; ya de obra, ya de palabra. Lo mismo que un servidor, que también se equivoca de obra, por lo general las de naturaleza manual, y de palabra cuando se calienta. Por eso, y aunque sé que estas cosas no sirven para nada, presento aquí mis más sentidas disculpas a Juan Antonio Castellanos y a Paco Lara por la dureza con la que me empleé con ellos. Sé que no debí hacerlo, incluso lo sabía mientras lo hacía, pero así es mi carácter: explosivo pero noble, el que se espera de un liberal de la variedad anarcoide politicófoba-tiranicida. Espero que sepan perdonármelo, y si no, pues qué le vamos a hacer. A lo hecho, pecho.
Por último y, como diría Fidel Castro en su octava hora de discurso, me quito el sombrero, me lo pongo, y así 70 veces por la formidable campaña que mi compañero y amigo IsaacJota ha montado por los internetes asistido por Elentir, gallego, bloguero y gran protestador. Había oído eso de la viralidad de Internet, del power to the people y demás cosas que dice Enrique Dans, pero hasta que no lo he visto no lo he creído. Internet es un invento extraordinario, y el iPad pro bono publico aún más.