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Olympus E-30 y olé

Olympus no es la mejor marca de cámaras fotográficas del mundo, pero se le acerca bastante. Dejando a un lado que soy el orgullosísimo poseedor de cuatro de ellas y que siempre es una mala noticia que saquen un nuevo modelo al mercado que deja aún más obsoletas las que ya tengo, saber que Olympus sigue dando guerra (con la que está cayendo), es un refuerzo a los que pensamos que esa marca y esas lentes lujuriosas merecen la pena. Decidieron ir por libre creando un sistema digital propio, el Cuatro Tercios, concebido desde cero que ni es ni pretende ser compatible con su sistema anterior: el OM. Decidieron no fabricar videocámaras, ni fotocopiadoras, ni reproductores de MP3. Decidieron tener una red de distribución pequeña, en algunos lugares inexistente. Decidieron llegar a sólo unos pocos aficionados de esos que, como yo, nos gusta llevar la contraria hasta en lo de la fotografía. Decidieron ser más caros que el resto y, aunque no fue decisión suya, no les importó demasiado condenar a sus usuarios a padecer uno de los peores mercados de segunda mano del planeta Tierra (Luna y asteroides cercanos incluidos).


Pues, a pesar de todo esas decisiones, Olympus sigue siendo Olympus y sigue poniendo en los escaparates auténticas virguerías. La última se llama E-30 y es la sexta réflex de su colección actual. Con esta poco le tiene ya que envidiar a Canon y nada en absoluto a Nikon. El nuevo miembro de la familia viene cargada de tecnología sin concesiones. Veamos:
  • 12,3 Megapíxeles (4/3 Live Mos)
  • Filtro antipolvo de ondas supersónicas
  • Visor que abarca el 98% del campo de visión
  • Previsualización en pantalla
  • Proceso de imagen TruePic III
  • LCD HyperCrystal II Multiangular de 2,7" abatible
  • Sistema AF de 11 puntos
  • ISO 100-3200
  • 5 fps en RAW
  • Estabilizador de imagen
Además de todo esto le han incorporado unos filtros digitales que yo, personalmente, no utilizaría ni aunque me estuviesen poniendo un cuchillo jamonero en la garganta. Por lo demás es simplemente fabulosa. Y muy bonita, con un regusto clásico de cámara de toda la vida, negra como el sobaco de un grillo, rugosa en la empuñadura y lo suficientemente compacta como para llevarla al cuello y no deslomarse (sé lo que me digo, créame).

Si a esto le restamos la caja de cartón en la que viene empaquetada y le sumamos las ópticas Zuiko de la casa (la 50-200mm 2.8-3.5 sin ir más lejos) me sale un equipo para disfrutar de lo lindo durante, al menos, tres o cuatro años. Estará disponible en enero a mil y pico euros. Lo bueno, definitivamente, sale caro, pero sólo un pelín. Si esta buscando una cámara de gama media que no defraude y por la que no pase el tiempo hágase con una. Luego, si no le convence, no se preocupe, que ya llegaremos usted y yo a un acuerdo.

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comentarios
1 Mienmano, día

Este post sabe soso sin enlaces a las extensas galerías de Flickr que sin duda debe tener todo individuo lo bastante "flicki" como para ser capaz de gastarse mil y pico euros en una cámara, aunque sean fotos hechas con una Olympus del año pasado. (No digo que las imágenes del aspecto externo del producto sacadas "del folleto" no sean de agradecer, no me malinterpreten)

2 Mienmano, día

Por cierto, ya que se les ve afición a este tema, a ver si alguno de ustedes coge a don Juan Manuel Rodríguez por sorpresa, le hace una foto medianamente presentable, y aprovechando sus privilegios de informáticos, le cambian el aspecto a su bitácora, que las fotos actuales que presenta parecen sacadas de una película de miedo de Jesús Franco.

3 Pnyxis, día

La verdad es que son unas cámaras buenísimas. http://hjoselasso.blogspot.com