El CERN ha desvelado un proyecto para restaurar la primera URL de la historia, con la intención de poner el primer sitio web completo accesible tal y como se creó en su momento. El equipo de restauración ha puesto en su dirección original la copia más antigua que han encontrado de la web, que data de 1992.
La primera web, que puede accederse aquí, es un conjunto de documentos destinados a explicar qué es la web y como funciona y, por ejemplo, descargarse un navegador en modo texto llamado Line Mode Browser pensado para los llamados "terminales tontos" habituales en la época, que consistían en múltiples conjuntos de pantalla y teclado que se conectaban al ordenador.
El origen de la web
Vannevar Bush describió en 1945 un aparato al que llamó memex: un escritorio con una pantalla, un teclado y varias palancas que permitían, por medio de unos códigos, acceder a la información almacenada en microfilms. Bush reconoció que la mente no funciona por medio de índices y clasificaciones sino mediante asociaciones, saltando de una idea a otra, y pretendía que el memex reflejara ese modo de gestionar la información y ofreciera documentos relacionados con lo que el usuario estuviera leyendo. Pero no dio ningún paso para verlo construido.
Bush ejerció su influjo en otros investigadores norteamericanos, y a mediados de los años 60 Ted Nelson acuñó el término hipertexto para describir su pionero sistema de organización de datos: cada documento tendría no sólo texto, también unas etiquetas, llamadas hiperenlaces, que al ser pulsadas con un lápiz óptico permitirían consultar otro documento con él relacionado. Poco después, el sistema informático creado por Douglas Engelbart incorporó un esquema similar, pero con ratón de por medio. El mecanismo de funcionamiento estaba creado, pero a nadie se le ocurrió emplearlo dentro de la red Arpanet, el germen de internet que por aquel entonces daba sus primeros pasos.
Ya en los años 80, el problema de la gestión, organización y búsqueda de información en red fue cobrando más importancia, a medida que internet crecía. Pero no fue hasta los inicios de la década siguiente cuando se propusieron dos soluciones bien interesantes... y completamente distintas. La primera fue Gopher, desarrollado en la Universidad de Minnesota y lanzado al mundo en 1991, como la web. Cada servidor Gopher albergaba un conjunto de documentos accesibles mediante menús y submenús. Tuvo sus dos o tres años de gloria, llegando a existir 7.000 servidores Gopher en su momento de mayor esplendor, 1994.
Sin embargo, aquel sistema no respondía a la visión de Vannevar Bush, pues su estructura era rígida. Fue un inglés, Tim Berners-Lee, quien se ocuparía de mezclar adecuadamente el hipertexto de Ted Nelson con internet. Era un informático que trabajaba en el CERN, el laboratorio europeo de física de partículas situado en Suiza y conocido por albergar el mayor acelerador de partículas del mundo. Berners-Lee quiso ocuparse de un problema que tenían los investigadores a la hora de compartir documentos dentro del laboratorio, dado que empleaban un gran número de ordenadores en muchos casos incompatibles entre sí.
Armado con su ordenador NeXT, de la empresa que fundó Jobs cuando le echaron de Apple, creó el protocolo HTTP y el lenguaje HTML. El primero definía la forma en que se accedía a los documentos, dando a cada uno de ellos una dirección única, que se llamaría URL, como por ejemplo http://www.libertaddigital.com/. HTML era un lenguaje que permitía añadir formato al texto y, sobre todo, ponerle hiperenlaces. De este modo, aunque técnicamente fuera más complicado crear lo que ahora llamamos un sitio web que un servidor Gopher, aquél era mucho más versátil. La manera en que cada página se conectaba con otras a través de los enlaces llevó a su creador a compararlo con una telaraña, cuyos hilos, gracias a internet, abarcarían pronto toda la Tierra, de modo que lo llamó World Wide Web, o telaraña mundial. El primer sitio web, una página alojada en el CERN que explicaba qué era esto del HTML y cómo hacerte una tú mismo, vio la luz el 6 de agosto de 1991. Esa es la página que el CERN acaba de volver a poner online en su URL original.
La batalla entre ambos servicios tuvo como fecha clave 1993. Ese año, la Universidad de Minnesota decidió cobrar a las empresas por usar un servidor Gopher, mientras Berners-Lee y el CERN pusieron su trabajo bajo dominio público el 30 de abril, hace 20 años. Es la conmemoración de esta decisión, que fue la que inclinó la balanza en favor de la web y en contra de Gopher, lo que se está celebrando.