Ralphie, el bulldog francés que dejó de ser un "demonio" gracias al monopatín

Ralphie, un perro de raza bulldog francés muy problemático, ha cambiado su vida de manera radical tras haber sido adoptado por Jason Lin, un experimentado adiestrador canino con más de 15 años en el oficio.

El animal estuvo más de un año en el refugio Niagara SPCA, donde le apodaban "el terror" y "un demonio escupefuego". Además, fue devuelto en tres ocasiones debido a su mal temperamento. La primera familia del cachorro lo reubicó tras no tener éxito en su entrenamiento, mientras que su segunda familia lo entregó tras molestar a su perro mayor. El refugio explicó en una publicación de Facebook —después de ser devuelto por tercera vez por una mujer que lo adoptó— que "Ralphie demostró ser más de lo que ella podía manejar".

Un nuevo dueño

A pesar de las malas previsiones para el animal, el refugio no perdió la esperanza en ningún momento. Después de revisar más de 700 correos electrónicos y hablar con distintos candidatos para su adopción, el refugio confió en Jason. "Jason es exactamente lo que Ralphie necesita. Él le proporcionará todo lo que necesite y hará que toda esa energía que trae por dentro salga", explicó la organización.

Lin decidió adoptar al perro para darle una oportunidad e intentar rehabilitar por completo a Ralphie. Al principio, comenzó a enseñarle algunas órdenes básicas, como aprender a sentarse o caminar con correa. A partir de ahí, aplicó conocimientos más complejos en el aprendizaje e involucró a Ralphie en actividades grupales junto a sus otros cinco perros. El skate era una de estas actividades, que cambió la vida del animal.

Fenómeno viral

"La confianza lleva su tiempo", escribió el dueño en una publicación de redes sociales. Lin, además de seguir en contacto con el refugio, creó una cuenta de Instagram —donde acumula más de 31,000 seguidores—, YouTube y Facebook— para informar sobre los avances de Ralphie y mostrar su día a día. Cabe mencionar que el perro cuenta con una página web donde se puede comprar todo tipo de merchandising, como camisetas, calendarios, bolsos, etc.

Para enseñar al perro a practicar skate, al principio Lin le indicaba —sin presión— que apoyara una pata sobre la tabla, hasta que al final Ralphie fue capaz de subirse solo al monopatín sin la ayuda de su cuidador. Posteriormente, le enseñó a deslizarse sobre la tabla poniéndole una correa, hasta que se sintiera lo suficientemente cómodo para moverse con el skate por su cuenta.

Gracias a la buena obra de Lin, Ralphie está totalmente rehabilitado; ya no es un demonio indomable, sino un perro activo y alegre que ama el deporte y compartir momentos junto a su dueño.