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Un gran terremoto en Granada es "improbable" pese a la cadena de pequeños seísmos

La clave estaría en la longitud de la falla junto a la que se asienta la ciudad. Lo que está ocurriendo, pese al miedo, es "totalmente normal".

La catedrática de Geodinámica de la Universidad de Granada y experta en terremotos Ana Crespo Blanc ha explicado que la magnitud de los seísmos está vinculada a la longitud de la falla, que en Granada es de solo 20 kilómetros, lo que hace improbable temblores más fuertes que los registrados en las últimas horas.

Crespo Blanc, investigadora del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra desde hace tres décadas y experta en movimientos sísmicos, ha explicado a Efe que la sucesión de temblores que afectan a la Vega de Granada desde el pasado sábado son "algo totalmente normal".

"Estamos en un límite de placas que se mueven cinco milímetros por año, y esa deformación es la que hace normal que se repitan los terremotos, por mucho miedo que generen", ha detallado Crespo Blanc, que ha incidido en que "la suerte de Granada" es que está asentada sobre placas "pequeñas".

Después de los temblores que se han sentido en casi medio centenar de municipios, la catedrática ha recalcado que esa pequeña dimensión de las fallas, de unos 20 kilómetros, hace que los terremotos suelan ser de baja magnitud.

"Aquí tenemos fallitas de 20 kilómetros, por lo que no podemos temer a un terremoto grande como los de San Francisco, que tiene una falla, la de San Andrés, de 1.500 kilómetros", ha ejemplificado Crespo.

Esta experta ha recordado que los científicos llevan 50 años midiendo y estudiando terremotos, un tiempo relativamente breve pero suficiente para considerar que Granada "ha llegado a su máxima magnitud" en los últimas horas y para descartar la posibilidad de temblores de 8 o 9 grados de magnitud en la escala de Richter que sí se dan en otros puntos del planeta.

"Hay que pensar que cuando pisas la calle, pisas el asfalto, debajo hay material geológico. No es lo mismo tener la casa sobre roca que sobre sedimento y en la Vega tenemos sedimentos no consolidados que generan un fenómeno de amplificación de la onda", ha detallado.

Ese fenómeno y la casi nula profundidad de los últimos seísmos ha incrementado la alerta social, ya que la aceleración del movimiento es mayor y también aumenta el efecto del terremoto.

Crespo ha reivindicado además mayor apoyo a los científicos, "porque acudimos a ellos cuando el peligro ya está encima", y también a la divulgación y la formación en prevención que prepare a la ciudadanía para reaccionar de manera segura ante movimientos sísmicos como los registrados en las últimas horas.

"Mis hijos nunca han hecho un simulacro de terremoto, pero sí uno de incendio", ha apuntado esta experta para reclamar más formación en el sudeste de la Península Ibérica, la zona de mayor riesgo sísmico de España.

Ha subrayado además que no hay "ninguna" base científica para esperar que Granada vaya a registrar terremotos de más magnitud y ha explicado que el mayor estudiado en los últimos años y que superó los 6 grados no llegó a notarse porque se produjo a 620 kilómetros de profundidad. "Se entiende el miedo, pero si le pones racionalidad, las fallas son cortas y lo mejor que podemos hacer es buscar una mesa, pegarnos a la pared y no salir a la calle como hizo tanta gente", ha añadido.

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