Un equipo de la Universidad de Florida ha analizado los cerebros de quince astronautas y ha descubierto cosas realmente interesantes. Los estudios de neuroimagen revelaron cambios en la materia blanca del cerebro, especialmente en aquellas regiones vinculadas con el movimiento y con cómo se procesa la información sensorial.
Lo más sorprendente de todo fue descubrir que el cerebro de los astronautas flotaba (literalmente) dentro de sus cráneos. Lo que ocurría es que, por efecto de la microgravedad, el cerebro sube hacia arriba, desplazando al líquido que lo rodea y haciendo que se acumule debajo.
Esto explicaría un conjunto de trastornos visuales que sufren los astronautas, llamado síndrome neuro-ocular, asociados al vuelo espacial, que podría ser debido a la presión que ese líquido cerebral acumulado ejerce sobre el nervio óptico.