Las extraordinarias propiedades mecánicas y eléctricas del grafeno hacen que este material de carbono tenga multitud de aplicaciones, pero hasta ahora nadie lo había usado en tintes para el pelo. Investigadores de la Universidad del Noroeste (EE UU) publican como hacerlo en la revista Chem.
"El cabello está recubierto de escamas cuticulares parecidas a las de un pez, y la gente que se tiñe tiene que usar amoníaco o aminas orgánicas para levantarlas –con el consiguiente agrietamiento– y permitir así que las moléculas de colorante penetren rápido", comenta Jiaxing Huang, uno de los autores, "pero este producto no contiene solventes orgánicos ni ingredientes moleculares tóxicos".
Su eficacia tiene que ver con la estructura del grafeno, que está fabricado de hojas finas y flexibles que se pueden adaptar a superficies irregulares, como el cabello.
El nuevo tinte de grafeno se puede aplicar mediante un proceso de rociado, cepillado y posterior secado. De esta forma queda adherido a la superficie del pelo, formando un recubrimiento que es resistente a al menos 30 lavados. Su duración se asemeja a la de los tintes permanentes, pero sin necesidad de los productos químicos tradicionales que dañan el pelo.
Otra de sus ventajas son sus propiedades antiestáticas y de disipación térmica. Cada pelo recubierto es como un pequeño cable que puede conducir el calor y la electricidad. Esto favorece que se disipe la electricidad estática y evita el problema de que se alborote el pelo en condiciones meteorológicas desfavorables.