En el número de febrero de la revista Quo en papel, dedicamos una de nuestras secciones a la serie de ficción Altered Carbon que emite Netflix. En ella, se muestra un futuro en el que seremos capaces de ser jóvenes por siempre, gracias a una nueva especie de funda corporal creada genéticamente. Esta alberga un chip situado en la base del nuevo cerebro donde se almacenan el alma y la conciencia del ser humano en formato digital (lo que implica guardar también los recuerdos de esa persona).
Ahora, la startup Nectome busca conseguir algo parecido mediante la vitrificación o criopreservación del cerebro. Esto supone preservar el cerebro al más mínimo detalle, gracias a un proceso de embalsamado de alta tecnología en el que el órgano se enfría de forma muy rápida sin llegar a cristalizar. El objetivo es mantener el conectoma intacto (el mapa de las conexiones de las neuronas del cerebro). De esta forma, según como avance la ciencia en el futuro, se podría llegar a reutilizarlo en otro cuerpo en un futuro.
Por el momento, los líderes del proyecto Michael McCanna y Robert McIntyre ya lo han demostrado en un conejo e incluso con el de una mujer anciana fallecida en febrero. Esta fue su primera demostración de este proceso en humanos y esperan que no sea la última. De hecho, ya están buscando financiación en sujetos que quieran formar parte de este proyecto. Hay que abonar 10.000 dólares para cederles los derechos para que, en el momento en que uno fallezca, ellos puedan embalsamar tu cerebro (siempre puedes echarte atrás y, según apuntan, te devolverán el dinero).
Para curarse en salud, ya han advertido que no pueden asegurar el éxito del proceso al 100%, por lo que nos debemos fiar de que una vez se consiga dejar intacto el conectoma de nuestro cerebro, este pueda tener una utilidad en un cuerpo nuevo o en... ¿una máquina? Puede que ahora nos suene a chino, pero seguro que en un futuro será algo normal. Por el momento, han conseguido recaudar 1 millón de dólares entre la aceleradora de startups Y Combinator y del Instituto Nacional de Salud Mental.
Ahora es cuestión de ir consiguiendo cerebros dispuestos a ser embalsamados... Lo malo, es que hay que morir.