El profesor de la Universidad de Stanford Mark Z. Jacobson publicó en noviembre de 2015 un estudio en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) en el que afirmaba que Estados Unidos podría obtener a un coste bajo para el año 2050 toda la energía que necesitaba exclusivamente de fuentes renovables, con la energía hidroeléctrica sirviendo de colchón cuando la eólica y la solar fallaran por razones meteorológicas, y confiando en técnicas por ahora experimentales para almacenar energía.
Muchos científicos lo consideraron erróneo y por tanto 21 de ellos firmaron una réplica en la misma revista en febrero de este año, concluyendo que el estudio de Jacobson estaba repleto de "errores, métodos inapropiados y supuestos implausibles". Los políticos deberían "tener cuidado con cualquier visión de una transición rápida, fiable y de bajo coste a sistemas energéticos completos que dependan de forma casi exclusiva en energía hidroléctrica, solar y eólica". Y terminaban asegurando:
Si uno llega a una nueva conclusión por la vía de ignorar factores tenidos en cuenta por otros, partir de un gran conjunto de supuestos sin ninguna base, usar modelos simples que no tienen en cuenta elementos importantes para después hacer un análisis que contiene errores críticos, la conclusión anómala no puede ser presentada como un nuevo descubrimiento
La reacción de Jacobson ha sido la de poner una demanda en la que exige 10 millones de dólares a la revista PNAS y al autor principal del estudio, Christopher Clack, porque considera "por conocimiento u opinión" que los otros 20 coautores no participaron demasiado en el mismo. Según la demanda, tras aceptar la réplica para su publicación PNAS ofreció a Jacobson la posibilidad de escribir una carta a la revista defendiendo su estudio, a lo cual contestó en dos correos identificando 30 puntos falsos y otros 5 engañosos exigiendo que la publicación retirara el artículo. PNAS se limitó a publicar la carta en junio, que a su vez fue contestada por Clack en junio en un artículo esta vez publicado en internet.
Se podría resumir en que hasta ahora se había producido una disputa científica, más o menos dura, por los cauces habituales. Pero Jacobson ha decidido salirse de ellos porque "la publicación del artículo de Clack ha expuesto al Dr. Jacobson al ridículo y ha dañado su reputación". El estudio de Jacobson ha sido citado por activistas como Naomi Oreskes para atacar a científicos defensores de la teoría alarmista del cambio climático por indicar que la energía nuclear debía tenerse en cuenta si se quieren reducir las emisiones de CO2. La demanda ha sido criticada por muchos otros científicos, desde alarmistas como Gavin Schmidt a escépticos como Judith Curry.