El 27 de febrero es el Día Mundial del Oso Polar, una fecha que suele aprovecharse para relacionar la caída en la población de esta especie con el cambio climático, ya que según los modelos de los calentólogos, la disminución en el tamaño y el grosor de la capa de hielo en el ártico iba a suponer un drama para la especie.
Sin embargo, la realidad parece ser otra, ya que entre los años 2005 y 2015 la población total de osos polares se habría incrementado en un considerable 27%, pasando de los 22.500 ejemplares que se calculaban en aquel momento a los 28.500 que estiman los estudios actuales.
Estos últimos estudios han hecho aún más importante este crecimiento, ya que hasta su publicación la pasada semana, la cifra global estimada de osos polares era de unos 26.500, aún así casi un 18% más que en 2005.
La razón del cambio en la cifra global es que en dos de las regiones en las que habitan los osos polares –la Bahía de Baffin y la Cuenca de Kane– en las que hasta ahora se creía que la población está descendiendo, en realidad está subiendo, tal y como informa la página especializada Polar Bear Science.
Esto significa también un cambio radical en el conjunto del comportamiento de la población de osos polares en toda su área de distribución: de las 19 regiones en las que está presente el mamífero –y que podemos ver en este mapa de WWF que aún no se ha actualizado con los nuevos datos– la población se mantendría estable en seis, estaría creciendo en tres y sólo decrecería en una, mientras que de las nueve restantes no se tienen datos fiables.
Hay que tener en cuenta, en cualquier caso, que estas regiones de las que no se tienen datos suficientes o suficientemente fiables suponen más de la mitad del territorio que ocupan los osos polares, por lo que las cifras podrían ser aún más altas.
Aunque los primeros estudios más o menos fiables se hacen en los 90, se cree que la población mundial de osos polares llegó a su mínimo histórico en los años 70, antes de que se establecieran prohibiciones a la caza en los países en los que existen ejemplares. Actualmente, sólo las poblaciones indígenas de Canadá y Alaska están autorizadas a cazar unos pocos ejemplares al año.