Cuando la NASA se planteó enviar humanos al espacio, sospechó que lo de moverse en condiciones de microgravedad tendría su aquel. Y empezó a pensar qué mamífero cercano podría servirnos de modelo para dar vueltas en el aire. Por eso no dudó en financiar la investigación de Thomas Krane sobre cómo se giran los gatos para aterrizar siempre sobre cuatro patas. Krane utilizó como base las imágenes tomadas con anterioridad por el fisiólogo Étienne-Jules Marey (1830-1904), quien inventó la fotografía en movimiento.
Krane descubrió que los felinos no necesitan impulsarse en ningún lado para lograr su hazaña. Les basta con realizar durante el salto el movimiento de caderas propio de mover un hula hoop. Pero no se quedó ahí. Vistió a un trapecista con un traje similar a los de la misión Apollo y comprobó que, con entrenamiento y voluntad, también somos capaces de hacer lo mismo. Por si alguna misión espacial requiere dar una vuelta en medio de ninguna parte.