Este informe, que ha publicado la revista científica Plos One, lo ha dirigido el investigador adjunto del BCBL Ram Frost, quien ha contado con la colaboración del Basque Culinary Center.
Con este proyecto, se busca ofrecer una "respuesta objetiva" a las "dudas" sobre los gustos del consumidor que tienen los productores de vino y para ello la investigación se ha centrado en el nivel de alcohol de los caldos.
Para conocer el comportamiento del cerebro según la graduación de esta bebida, se ha sometido a un análisis por resonancia magnética a más de una veintena de personas que han participado en una cata de ocho vinos, agrupados de dos en dos.
Los voluntarios tuvieron que probar esos dos caldos de la misma uva, añada, procedencia, acidez y cantidad de azúcar residual, cuya cuya única diferencia era el nivel de alcohol.
Tras las catas, los investigadores analizaron la respuesta cerebral y llegaron a la conclusión de que el cerebro "presta más atención y detenimiento a los vinos con menor grado alcohólico".
"Los vinos con menor contenido alcohólico inducen a una mayor atención cerebral a aspectos como el aroma, el olor o el gusto de los caldos", ha asegurado Frost, según informa el BCBL en un comunicado.
Frost ha dicho que ésta es la primera investigación que acerca "los métodos objetivos del estudio del cerebro a la producción de vino y somete las premisas del sector vinícola a la observación directa de este órgano".
El Basque Culinary Center ha asesorado a este centro de investigación del cerebro en la "correcta elección de los vinos", y colabora también en otro experimento sobre las posibles diferencias en la activación cerebral entre profesionales del sector, como los sumilleres, y personas ajenas a él.