Como si fuera una de esas muñecas rusas que siempre albergan otra menor en su interior, resulta que el núcleo terrestre también escondía su propia sorpresa: la existencia de otro núcleo. Así lo acaba de revelar un estudio realizado por geólogos de las universidades de Illinois, en Estados Unidos, y de Nanjing, en China, y cuyos resultados se han publicado en la revista Nature Geosciences.
Para realizar este descubrimiento, los investigadores emplearon una técnica parecida a los ultrasonidos que emplean los médicos para estudiar el interior de un paciente. Los geólogos se centraron en el estudio de unas ondas que surgen tras un terremoto, concretamente, en las generadas por los coletazos del seismo principal. Y comprobaron que esas señales eran tan claras y diferenciadas como las provocadas por el terremoto. Lo que implicaba que el foco debía de ser distinto del que producía las ondas iniciales.
Y, efectivamente, los científicos han llegado a la conclusión de que el núcleo terrestre, lejos de ser una sólida bola de hierro, como se pensaba, alberga en su interior un segundo núcleo. Los investigadores calculan que puede tener la mitad del diámetro del primero y afirman que podría estar formado incluso de un material distinto al hierro.