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Graves consecuencias de hacerlo mal

Una fórmula científica para cortarse bien las uñas

La mejor forma de cortar las uñas de manos y pies es dejar un borde recto o parabólico. Lo confirman investigadores de la Universidad de Nottingham.

La mejor forma de cortar las uñas de manos y pies es dejar un borde recto o parabólico. Lo confirman investigadores de la Universidad de Nottingham.
¿Estética o salud a la hora de cortarnos las uñas | Corbis

La mejor forma de cortar las uñas de manos y pies es dejar un borde recto o parabólico. Así lo confirman las ecuaciones desarrolladas por investigadores de la Universidad de Nottingham, que también aclaran por qué la uña del dedo gordo del pie es la que más se encarna.

El recorte diario de las uñas de las manos y los pies para que resulten más agradables estéticamente podría ser perjudicial e incluso tener graves consecuencias para esta parte del cuerpo si no se ejecuta correctamente.

Según un estudio que publica esta semana la revista de acceso abierto Physical Biology, si esta operación se hace mal, se rompe el delicado equilibrio de las uñas y se producen tensiones residuales. Esta tirantez favorece un cambio en la forma o curvatura de la estructura que, con el tiempo, las perjudica, incluso gravemente. "Nuestra sugerencia a los fanáticos de la belleza de las uñas es dejar bordes rectos o parabólicos", dicen los investigadores.

Los autores del trabajo son dos investigadores de la Universidad de Nottingham (Reino Unido), que han ideado diversas ecuaciones para determinar las leyes físicas que gobiernan el crecimiento de las uñas.

"Es increíble lo que algunas personas están dispuestas a hacer para que sus uñas se vean bien –comenta el autor principal, Cyril Rauch–, pero, a la vista de los resultados, nuestra sugerencia a los fanáticos de la belleza de las uñas es que opten por dejar bordes rectos o parabólicos cuando las recortan; de lo contrario, se puede amplificar el desequilibrio de las tensiones y derivar en enfermedades graves".

De hecho, las fórmulas desarrolladas por los científicos arrojan luz sobre las causas físicas que están detrás de algunos de los problemas comunes en las uñas, como las que se presentan en forma de cuchara o de pinza y, sobre todo, las que se introducen o encarnan en la piel. Los tratamientos de las uñas encarnadas no son muy satisfactorios porque no se conocen exactamente sus causas.

Para establecer sus ecuaciones, los investigadores tuvieron en cuenta la fuerte adhesión que existe entre las uñas y el lecho ungueal que tiene debajo. Esta unión se establece a través de pequeñas estructuras microscópicas, que permiten que la uña crezca y se deslice hacia delante como si fuera un ‘trinquete’ con uniones y separaciones continuas.

Teniendo en cuenta también las tensiones mecánicas y las energías asociadas a las uñas, los investigadores dieron con una ecuación general sobre su forma. Esta fórmula mostró que cuando se rompe el equilibrio entre la tensión de crecimiento y la tensión adhesiva –por ejemplo si una uña crece demasiado rápidamente o lentamente, o cambia el número de puntos de adhesión– es cuando pueden surgir las tensiones residuales y cambiar su forma con el tiempo.

Más tensión en las uñas más grandes

Las ecuaciones mostraron que esta tensión o estrés residual puede ocurrir en cualquier uña de la mano o el pie. Sin embargo, su valor es mayor en las uñas que son más grandes en tamaño y tienen un borde más plano, lo que explica por qué las uñas encarnadas ocurren predominantemente en el dedo gordo del pie.

Aunque la tensión residual también puede ser provocada por la edad o un cambio en la actividad metabólica –a menudo se diagnostican uñas encarnadas en niños y mujeres embarazadas, por ejemplo– las fórmulas confirmaron que recortar mal las uñas puede amplificar esta tensión perjudicial.

Rauch también considera que esta investigación se puede aplicar a los animales, especialmente a los de granja, para resolver problemas relacionados con los cascos de sus patas. "Las vacas, ovejas, caballos y ponis sufren enormemente del estado de sus pezuñas y esto puede repercutir sobre la población humana", destaca el experto, que aclara: "En un momento en que garantizar la alimentación en todo el mundo es importante, comprender la física de los cascos de los animales nunca ha sido tan esencial para sostener la agricultura, la ganadería y la producción de alimentos".

"Yo creo que la física puede servir para promover un nuevo tipo de medicina veterinaria basada en la evidencia y ayudar a las comunidades de veterinarios y herradores a crear métodos que alivien el dolor en los animales y potencialmente eliminar algunas patologías graves", concluye Rauch.

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