35.000 morsas "varadas como consecuencia del calentamiento global" o "atrapadas por el cambio climático" han sido algunos de los titulares que se publicaron la semana pasada en la prensa española. No cabe duda de que decenas de miles de morsas se reunieron en una playa cerca de Point Lay, en Alaska. Pero ¿es la primera vez que sucede? ¿Se sabe de alguna tendencia a que ocurra con más frecuencia desde que subieron las temperaturas en las últimas décadas?
La respuesta corta es que no. Lo cierto es que la primera noticia que tenemos de esta suerte de congresos de morsas data de una expedición de 1604, en la que ya se informaba de la reunión de miles de estos animales en la cosa de la isla del Oso. En tiempos más recientes, y en lugares más cercanos a la playa donde se ha fotografiado a este grupo, un estudio de 1980 informaba de dos concentraciones parecidas en 1972 y 1978 en las islas de Wrangel y San Lorenzo que estimaban reunieron a un número de morsas de 35.000 y 37.000 ejemplares. En los últimos años también se han visto congregaciones de decenas de miles de morsas en otros lugares de la zona.
Recordemos: en los años 70 las temperaturas estaban bajando y algunos científicos se preocupaban de la posibilidad de que estuviésemos dirigiéndonos a una nueva glaciación. Sin embargo, estos congresos de morsas tenían lugar de todos modos, y en lugares similares. Parece ser que este fenómeno ocurre a final de verano y comienzos de otoño y forma parte del comportamiento migratorio habitual de estos animales.
Según la zoóloga Susan Crockford, este fenómeno ni es nuevo ni está relacionado con la reducción del hielo en el Ártico. De hecho, podría ser un signo del incremento en la población de las morsas.