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Islandia, en estado de alerta por la posible erupción de un volcán

Las áreas próximas al Bardarbunga ya han sido evacuadas

La zona de Islandia donde se encuentra el Barbardunga | Cordon Press

Eyjafjallajokull. Ese fue el impronunciable nombre que pese a que tuvo a medio mundo en vilo, casi nadie se logró aprender (lo cual hubiera tenido su mérito). Pertenecía a un volcán islandés que entró en erupción en 2010, provocando una nube de cenizas tan densas que obligó a cerrar gran parte del tráfico aéreo europeo durante seis días, aunque sus consecuencias se notaron durante varios meses.

Y ahora la situación podría volver a repetirse. Las autoridades de Islandia ya han decretado el estado de alarma ante la posible erupción de otro volcán que, en este caso, al menos tiene un nombre más pronunciable: Bardarbunga. El volcán está situado en el glacial Vatnajokull, en un parque natural a unos 300 kilómetros de la capital del país, Reykjavik. Un lugar que cada año recoge las visitas de numerosos turistas.

La alarma saltó cuando la oficina meteorológica de islandia recibió el aviso de que el Bardarbunga había sufrido casi cuatro mil movimientos sísmicos en tan solo cinco días. Aunque hasta el momento no ha indicios de que dichos movimientos se hayan trasladado hasta la superficie (lo que sería una señal inequívoca de una eminente erupción), las autoridades han querido curarse en salud y han evacuado las áreas cercanas.

Pese a todo el riesgo no está descartado. La buena noticia es que, según los datos que maneja protección oficial, si produce finalmente la erupción seguramente sería menos fuerte que la de 2010, con lo que sus consecuencias en el tráfico aéreo no serían tan catastróficas. Recordemos que en aquella ocasión llegaron a anularse casi diez mil vuelos, y unos ocho millones de pasajeros se quedaron sin poder tormar el avión.

En Islandia existen alrededor de 130 volcanes, de los cuales 38 han mostrado signos de actividad desde el año 900 de nuestra era. La razón de esta intensa actividad volcánica se debe a que la isla está situada sobre un punto caliente conocido como Grímsvötn. Se trata de un manto lacustre-volcánico de unos 100 km de largo y 15 km de ancho. Las erupciones funden anualmente unos 0,2 a 0,5 km³ de hielo. La mayor de todas las erupciones que se conocen en islandia se produjo en 1783.

Aproximadamente 15 km³ de lava se eyectaron desde una fisura de 27 km de largo en la ladera del volcán Laki, durante siete meses. Se expulsaron también a la atmósfera grandes cantidades de dióxido de sulfuro y fluoruro de hidrógeno,lo que causó gran daño medioambiental, originando una intensa hambruna en el país, que causó la muerte de unas diez mil personas, una quinta parte de la población de la isla. Las consecuencias de la erupción repercutieron en el clima mundial y, según se cuenta, Europa estuvo cubierta durante meses por una espesa niebla azulada.

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