Desde hace más de siglo y medio, cuando se descubrieron los primeros restos de esta especie, la imagen de los neandertales ha mejorado mucho. De verse como unos seres infrahumanos, fuertes cazadores, pero poco inteligentes, han pasado a ser, gracias a los descubrimientos de los últimos años sobre su forma de vida, una especie de humanidad indudable. Usaban plumas para adornarse, empleaban plantas medicinales para tratar sus dolencias o cazaban con más inteligencia de la que se les atribuía en el pasado. Nuevas informaciones como estas hacen aún más intrigante su desaparición.
Después de haber sobrevivido 200.000 años en Europa, hace unos 40.000 comenzó su decadencia. La fecha aproximada de la extinción neandertal coincide con la llegada a este continente de una nueva especie humana de origen africano, los sapiens, que ha logrado pervivir hasta hoy. Para tratar de desentrañar el enigma de esta desaparición, los científicos llevan años buscando diferencias entre las dos especies que puedan explicar por qué una se extinguió y la otra no.
El último vehículo que ha podido transportar información sobre esta historia desde el pasado es la mierda neandertal, en particular, la cagada humana más antigua que se conoce. Los restos se encontraron en el yacimiento de El Salt, en la provincia de Alicante. Un grupo de investigadores liderado por Ainara Sistiaga, de la Universidad de La Laguna, han analizado cinco muestras para tratar de averiguar qué comían los neandertales, una información que puede ofrecer pistas sobre su desaparición.
Hasta ahora, los análisis realizados para reconstruir la dieta de especies humanas se realizaba principalmente de manera indirecta. Una mayor cantidad de un elemento como el estroncio en el esmalte de los dientes, por ejemplo, se asocia a una dieta más vegetariana que carnívora. Otros análisis directos, como la presencia de vegetales entre los dientes de estos homínidos, se ha considerado una prueba de que no solo comían carne, pero como explica Sistiaga "el hecho de que encontremos estos restos no es necesariamente un indicador de consumo, porque es posible que hayan llegado ahí porque utilizaban los dientes para tratar fibras vegetales".
El empleo de biomarcadores para analizar las heces neandertales es un método directo que puede convertirse en una herramienta muy interesante para conocer lo que comían y si realmente ese factor pudo desempeñar un papel importante en su extinción. En el caso de los habitantes del yacimiento alicantino, la presencia de coprostanol, un producto de la reducción del colesterol que realizan las bacterias de nuestro intestino, indica que los neandertales consumían principalmente carne. Sin embargo, los investigadores también encontraron 5b-stigmastanol, una señal de que también comían plantas. Según Sistiaga, este análisis también muestra que las bacterias de los intestinos de neandertales y de los humanos modernos tienen una población de bacterias similar, que les proporciona la capacidad de digerir la carne. "Los chimpancés o gorilas, que tienen un sistema digestivo diferente, pueden comer carne, pero desarrollan problemas cardiovasculares", añade la investigadora.
Los resultados de este estudio, que se publica en la revista PLoS One, coinciden con algunos análisis indirectos en que los neandertales podían comer más vegetales de lo que se pensaba hasta ahora. La imagen de carnívoros con una dieta pobre, que se alimentaban principalmente con la caza de un puñado de grandes animales herbívoros, ha comenzado a variar. El análisis de los biomarcadores presentes en la mierda neandertal puede ser útil para seguir transformando nuestra imagen de la especie humana que dominó Europa durante 2.000 siglos.