Un equipo de astrónomos estadounidenses han identificado la estrella enana blanca más fría y más débil hasta ahora conocida. Este tipo de astros son el estado final antes de la muerte de las estrellas densas y, en este caso, está tan fría que su carbono se ha cristalizado y se presenta como un diamante en el espacio, del tamaño de la Tierra y con una masa similar a la del Sol.
Según han explicado los expertos, su debilidad se debe a que se le ha agotado el combustible nuclear. Este es también el motivo por el que ha ido reduciendo su tamaño desde el millón y medio de kilómetros de diámetro hasta los poco más de 12.000 del diámetro de la Tierra.
El camino hacia este descubrimiento, publicado en Astrophysical Journal, comenzó cuando el investigador Jason Boyles identificó lo que los astrónomos llaman un púlsar de milisegundos en la constelación de Acuario. Este objeto, llamado PSR J2222-0137, gira a más de 30 veces por segundo y su orientación es tal que, a medida que gira, un haz a partir de su polo magnético pasa repetidamente por la Tierra, dando lugar a baches regulares de ondas de radio.
Las observaciones también revelaron que este púlsar está unido a una estrella compañera: las dos se orbitan una alrededor de la otra cada 2,45 días. La otra estrella era, con mucha probabilidad, una enana blanca muy fría.
PSR J2222-0137 está a tan sólo unos 900 años luz de distancia, por lo que es una de las estrellas de neutrones más cercanas conocidas.
Para determinar la masa de ambos elementos, el equipo aplicó la teoría de Einstein de la relatividad general y encontraron que el pílsar tiene una masa de 1,2 veces la del Sol y su compañera tiene de 1,05 veces la del Sol.
A continuación, se buscaron evidencia visible e infrarroja del compañero, con el telescopio de Chile Southern Research Astrophysical (SOAR) y el Keck en Hawai. Con su conocimiento de la distancia del púlsar, el equipo fue capaz de calcular la debilidad del objeto compañero. Pero no se veía nada en la posición de PSR J2222-0137, de ahí que determinaran su enorme debilidad.
La imagen final determina que existe -aunque no se ve- una enana blanca 100 veces más débil que cualquier otra que orbite una estrella de neutrones y unas 10 veces más débil que cualquiera conocida. "No se ve nada, pero si hay una enana blanca allí, y está casi seguro, debe ser extremadamente fría", ha indicado el científico principal.
Por las características encontradas se calcula que este púlsar se compone en su mayoría de carbono y oxígeno, de ahí su aspecto de enorme diamante. Aunque tales enanas blancas frías teóricamente no son tan raras, la combinación fortuita de circunstancias han llevado al equipo a ser capaz de identificar esta.
La estrella nació probablemente muy pronto en la historia de la Vía Láctea, y poco a poco ha ido pasando a más débil y más fría, hasta ahora. Kaplan ha indicado que el equipo seguirá profundizando en el estudio de este objeto.