Desde 2012, cada vez son más los barrios neoyorquinos que separan su basura orgánica. Con ella se genera energía renovable y fertilizante natural, en una apuesta de los responsables de la ciudad por cuidar más el medio ambiente reduciendo emisiones y aumentando el reciclado.
Sin embargo, la iniciativa ecológica podría ir aún más allá. Así lo sugiere el estudio de arquitectos Present Arquitecture en su proyecto Green Loop. En lugar de enviar esos desechos a zonas muy lejanas con plantas de transformación, podrían crearse estas en la misma Gran Manzana, evitando así gastos y emisiones de transporte y problemas de tráfico y contaminación.
¿Cómo? La propuesta de Green Loop consiste en una red de diez islas circulares situadas en las vías fluviales que atraviesan la metrópoli y le proporcionan 837 kilómetros de litoral. En ellas se instalarían plantas de compostaje cubiertas por zonas verdes abonadas con el producto de sus "subsuelos". El resto del abono podría comercializarse. Las islas vendrían a enriquecer los espacios abiertos de la ciudad, más escasos en proporción al número de habitantes que en otras urbes americanas.
De esa forma se daría nueva vida a las zonas acuáticas que discurren entre las distintas áreas y se daría una dimensión más local a la gestión de los residuos. Aún está por ver si las Autoridades deciden dar su apoyo a un plan que parece ofrecer un buen puñado de ventajas.
Datos
506.000 metros cuadrados de parques públicos se añadirían a los espacios verdes de la metrópoli.
14 millones de toneladas de basura se producen cada día en la ciudad de Nueva York.
30% de esa basura, recogida por los servicios municipales, se gestionaría en las islas flotantes.