El Centro Europeo de Operaciones Espaciales (ESOC) de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Darmstadt, Alemania, confirmará si la sonda Rosetta se ha activado según lo previsto.
Esta nave, cuyo destino es el cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko, está programada para despertarse después 957 días en modo de hibernación. A mediados de 2011 la sonda entró en ese estado para ahorrar energía mientras se adentraba en el espacio profundo hasta la órbita de Júpiter.
Antes de dormir se orientó de forma que sus paneles solares apuntasen siempre hacia el Sol y empezó a girar sobre sí misma una vez por minuto para mantener la estabilidad. Los únicos sistemas que quedaron encendidos fueron el ordenador de a bordo y varios calentadores.
Ahora la órbita de Rosetta la ha traído a tan sólo 673 millones de kilómetros del Sol, una distancia a la que ya vuelve a recibir suficiente energía solar para alimentar a todos sus sistemas.
El despertador de la nave sonó a las 11:00 (hora peninsular). A partir de ese momento el ordenador de Rosetta está programado para realizar una secuencia automática de eventos para restablecer el contacto con la Tierra.
Nada más despertarse empezará a calentar los sensores de estrellas del satélite, un proceso que tarda unas seis horas. Después encenderá un momento sus motores para detener el movimiento de rotación y ajustará su orientación para garantizar que sus paneles solares siguen apuntando hacia el Sol.
En cuanto los sensores de estrellas estén listos, el satélite calculará con precisión su orientación y apuntará su antena de alta ganancia hacia la Tierra, encenderá su transmisor y enviará la señal que confirmará que las operaciones se han efectuado correctamente.
Rosetta se encuentra a unos 807 millones de kilómetros de la Tierra, lo que significa que la señal tardará unos 45 minutos en llegar hasta las estaciones de seguimiento. La primera oportunidad de recibir su señal será entre las 18:30h y las 19:30h.
Antenas pendientes para recibir la señal
Las antenas de espacio profundo de la NASA y la ESA estarán preparada para recibir la señal, relevándose a medida que gira la Tierra. La primera de la lista será la antena de 70 metros de diámetro de la NASA en Goldstone (California, EEUU) seguida por la de Canberra al este de Australia y la antena de 35 metros de diámetro de la ESA en Nueva Norcia, al oeste de Australia.
La primera antena que reciba la señal reenviará los datos de forma inmediata al ESOC. Los científicos de la misión esperan ansiosos este momento, que se anunciará en directo a través de su cuenta en Twitter.
La sonda Rosetta se lanzó desde el Puerto Espacial Europeo en Kourou (Guayana Francesa) el 2 de marzo de 2004. Desde entonces se ha acercado tres veces a la Tierra y una a Marte para ganar velocidad e impulsarse hacia su objetivo. De camino ha estudiado los asteroides Steins en 2008 y Lutetia en 2010.
El objetivo inicial de esta misión era el cometa 46P/Wirtanen, pero debido al retraso del lanzamiento original en enero de 2003, hubo que elegir un cometa alternativo: 67P/Churiumov-Guerasimenko, un objeto rectangular de aproximadamente 2 x 4 kilómetros.
A mediados de 2014, el orbitador de Rosetta comenzará a orbitar alrededor del cometa durante varios meses a medida que se acerque al Sol. Después, se lanzará un pequeño módulo de aterrizaje, recientemente denominado Philae, que aterrizará en la superficie del gélido 67P/Churiumov-Guerasimenko.
Los instrumentos científicos de la nave permitirán analizar su superficie, su composición y datos de temperatura, así como analizar los gases y el polvo emitido desde el núcleo y su interacción con el viento solar.
La Agencia Espacial Italiana (ASI) coordinó la contribución a los instrumentos científicos de Rosetta, en particular, el espectrómetro óptico e infrarrojo VIRTIS y el analizador de polvo GIADA.
Rosseta ha sido diseñada y construida por Airbus Defence and Space (antes Astrium) como contratista principal. La compañía española Thales Alenia Space España también ha participado en algunos de sus dispositivos electrónicos y de radiofrecuencia.
El nombre de la sonda está inspirado en la piedra de Rosetta, y el módulo de aterrizaje Philae también tiene un nombre inspirado en la antigua ciudad egipcia del mismo nombre –hoy sumergida–, donde existió un obelisco que ayudó a descifrar el texto de la famosa piedra.
Igual que ésta sirvió para desvelar los misterios de la escritura jeroglífica egipcia, se espera que la sonda del mismo nombre aclare algunas de las incógnitas sobre la historia y las características del sistema solar.