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El IPCC hizo desaparecer una gráfica que reflejaba el fracaso de sus predicciones

La imagen dejaba claro que los modelos climáticos de los anteriores informes del IPCC auguraban un aumento de temperatura que no se ha producido.

Las temperaturas reales observadas y las que predecían los modelos climáticos del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) no se parecen mucho. Lo cual, claro, es un problema. Si los modelos no son capaces de augurar que iba a existir una pausa en el calentamiento global que dura ya 16 años, resulta difícil creer lo que digan de ahora en adelante. El climatólogo británico Ed Hawkins resumió estas discrepancias en una figura bastante sencilla de entender, en la que la zona sombreada en azul indica las predicciones, la línea gruesa las observaciones y la línea vertical el momento en que se publicaron los modelos, es decir, el momento a partir del cual empiezan a predecir.

El último borrador del Resumen para Responsables de Políticas del Quinto Informe del IPCC no era tan claro, pero aún así contenía un gráfico bastante revelador. La figura 1.4 mostraba las diferencias entre las predicciones de los modelos climáticos de los anteriores informes del organismo y las observaciones de temperaturas reales. Mientras que el texto asegura que las observaciones "estaban dentro del rango de incertidumbre de todas las proyecciones pasadas del IPCC, y generalmente estaban en el medio de dichos rangos", la gráfica mostraba como las predicciones del último informe (etiquetado como AR4 y en color rojo) y las temperaturas que hemos tenido desde entonces discrepan bastante. En concreto, las temperaturas están por debajo de las predicciones.

La manera de que la gráfica y el texto no entren en contradicción es considerar la zona sombreada gris más amplia como el "rango de incertidumbre" de las proyecciones, pese a que la leyenda no decía nada al respecto. El caso es que en el Cuarto Informe, cuando nos decían cuanto iban a subir las temperaturas, no incluían rangos tan amplios. La gráfica, similar a la número 10.26 del Cuarto Informe, venía pues a mostrar qué había sucedido: las predicciones del IPCC se habían equivocado. De modo que en el informe final, que recordemos es elaborado por representantes de los gobiernos y no por científicos, se encargaron de sustituirla por esta otra gráfica, que ya me dirán ustedes:

En la primera figura, la escala se centraba en el periodo en el que los modelos han hecho predicciones (los primeros comenzaban en 1990). Aquí se han incluido datos de temperaturas desde 1950 sin ninguna otra razón aparente que reducir el espacio disponible para lo realmente importante. Además, antes todas las proyecciones de todos los informes anteriores del IPCC se veían de la misma manera, con una zona sombreada. En esta, en cambio, los modelos de los tres primeros informes se siguen viendo con una zona sombreada mientras que los del cuarto se han dividido en tres grupos y se muestran como un batiburrillo de líneas, haciendo tremendamente difícil distinguir nada.

Además, ahora da toda la impresión de que los modelos han acertado, porque la temperatura real aparece dentro de los sombreados. Y es que todos ellos han bajado unas décimas de grado, suficiente para que ahora las observaciones entren dentro del mismo. ¿Cómo es posible? Al parecer, la diferencia es debida a un cambio sugerido por el estadístico y bloguero Tamino, ya que al parecer al IPCC no le importa recurrir a blogueros y no a estudios científicos revisados por pares siempre que vengan bien a la causa. Otra bloguera climática, Lucia Liljegren, ha aplicado ese mismo cambio al caso hipotético de que las temperaturas reales y los modelos hubieran coincidido a la perfección todos los años. Le sale esta gráfica:

Como pueden ver, pese a ser dos líneas de datos idénticas, el "truco Tamino" hace que los modelos aparezcan por debajo de las observaciones. En definitiva, el truco lo que hace es bajar las temperaturas predichas por los modelos en todos los casos. Si los modelos hubieran acertado, aplicarlo les haría parecer equivocados. Pero como han fallado por pasarse de calenturientos, les hace parecer correctos.

Al margen de este cambio en las gráficas, hay otro punto que deja aún más claro el fracaso de los modelos. Éstos dan diferentes resultados dependiendo de las emisiones de CO2 que se hagan en la atmósfera, dando sus previsiones más bajas de temperatura cuanto más bajas sean las emisiones. Pero mientras que el CO2 se ha acercado mucho al máximo previsto por los modelos más catastrofistas, las temperaturas caen por debajo de las previsiones de los modelos construidos bajo el supuesto de que emitiríamos mucho menos.

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