Un descubrimiento arqueológico realizado por un equipo internacional en Lumbini (Nepal), uno de los sitios más sagrados del budismo, demuestra que Buda nació allí varios siglos antes de lo que se creía, informó este martes la Unesco.
Un equipo internacional de arqueólogos ha descubierto los vestigios de una estructura de madera hasta ahora desconocida, "situada debajo de un conjunto de templos de ladrillo", todos trazados con "un mismo espacio central abierto", lo que coincide con el relato del nacimiento de Buda, destacó la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).
Según la tradición budista, la reina Maya Devi, madre de Buda, dio a luz aferrada a la rama de un árbol en el Jardín de Lumbini, a medio camino entre el reino de sus padres y el de su esposo.
La Unesco impulsó esta investigación en Lumbini para mejorar la conservación y gestión de ese sitio, patrimonio de la humanidad. Los vestigios hallados "datan del siglo VI antes de nuestra era", y por lo tanto constituyen el primer material arqueológico que relaciona la vida de Buda y la eclosión del budismo con un periodo histórico concreto, indicó en un comunicado.
Algunos especialistas sostenían, sin embargo, que Buda nació en el siglo III antes de nuestra era, recuerda en la nota el arqueólogo y profesor de la Universidad de Durham (Reino Unido), Robin Coningham, que dirigió las excavaciones junto con el arqueólogo nepalí Kosh Prasad Acharya.
A este respecto, Coningham y sus colegas sostienen que el espacio abierto en el centro del santuario de madera más antiguo podría haber albergado un árbol.
De hecho, los templos de ladrillo edificados más tarde sobre ese santuario se dispusieron dejando también un espacio central en medio, sin techumbre, y "la presencia de antiguas raíces de árbol en el hueco central del santuario" confirma la tesis de Coningham.
Fueron descubiertos al someter fragmentos de carbón vegetal y granos de arena del lugar a las pruebas de datación con radiocarbono y por luminiscencia estimulada ópticamente, en el marco de la investigación geoarqueológica para fijar la edad del santuario y de la estructura en ladrillo superpuesta a este y enterrada hasta ahora, comenta la Unesco.
El conjunto de la investigación fue financiada por el Gobierno del Japón, en cooperación con el de Nepal, con la participación de las universidades británicas de Durham y Stirling y el Fondo Mundial para la Exploración de la National Geographic Society, de EE.UU.
Inscrito en el Patrimonio Mundial en 1997 y visitado por cientos de miles de peregrinos cada año, el Jardín Sagrado de Lumbini fue identificado desde hace tiempo como el lugar de nacimiento de Buda y era muy frecuentado a mediados del primer milenio de nuestra era, como dejó constancia de ello un grupo de peregrinos chinos, "señalando que estaba junto a un árbol", indicó la Unesco.
Abandonado y cubierto por la jungla en la Edad Media, su redescubrimiento data de 1896. Se pudo averiguar su nombre y determinar que fue el lugar de nacimiento de Buda gracias a un pilar de arenisca del siglo III a.C. que lo indicaba en una inscripción grabada con motivo de la visita del emperador Asoka, explicó la Unesco.
Adelanto, asimismo, que la revista internacional Antiquity publicará el próximo diciembre los resultados de esta investigación, revisados por colegas de la comunidad científica, firmados por Coningham, Acharya y otros seis coautores: K.M. Strickland, C.E. Davis, M.J. Manuel, I. A. Simpson, K. Gilliland, J. Tremblay, T.C. Kinnaird y D.C.W. Sanderson.
Según estos especialistas, la secuencia arqueológica formada por los vestigios de Lumbini "es un microcosmos que permite ver la evolución del budismo y su transformación de culto localizado en religión mundial", agrega la organización.
Muy orgullosa de que la Unesco haya "participado en este importante descubrimiento, su directora general, Irina Bokova, instó a "realizar más trabajos de investigación arqueológica, intensificar la labor de conservación y mejorar la gestión del sitio de Lumbini", con vistas a garantizar su protección.
El ministro de Cultura, Turismo y Aviación Civil de Nepal, Ram Kumar Shrestha, declaró, por su parte, que su gobierno "no escatimará esfuerzo alguno para preservar este sitio de tan gran importancia".