No hace falta que los coches de Google estén a la venta para empezar a disfrutar de las ventajas de la automatización de los automóviles. La generalización de dos tecnologías ya existentes, los sensores y la comunicación entre coches, podrían aumentar la capacidad de las vías hasta en un 273%.
En una autopista llena, pero no atascada, circulan aproximadamente 2.200 vehículos a la hora por cada carril y sólo está ocupado un cinco por ciento del asfalto disponible. La razón es que los humanos, por muy bien que conduzcamos, somos muy malos al volante en comparación con una máquina automática. Necesitamos espacio a los lados y una cierta distancia de seguridad con el coche que nos precede porque nuestra velocidad de respuesta a un frenazo es bastante lenta.
Investigadores de la Universidad de Columbia han estudiado que sucedería según se vayan adoptando los sensores y sistemas de comunicación entre vehículos. Cuando se viaja a 100 kilómetros por hora, si todos los automóviles están equipados con Adaptive Cruise Control (ACC), el ingenio que determina con sensores la posición del coche de delante y se adapta automáticamente a su velocidad, la capacidad de la autopista se multiplica por un factor de 1,4. Y si todos los vehículos tuvieran ACC y además se comunicaran ente sí, la capacidad se incrementaría por un factor de 3,7, sin necesidad de mejorar de ninguna manera la infraestructura.
Por otro lado, estos sistemas hacen innecesario prestar atención a la conducción mientas están activados, ya que tienen en cuenta también la posible irrupción de vehículos por los lados, lo que nos permitiría liberarnos para hacer otras tareas durante el viaje. Siempre y cuando, claro, lo que queramos es ir de un sitio a otro y no conducir por el mero placer de hacerlo.
Mientras que el ACC está ya disponible comercialmente en algunos vehículos, la comunicación entre los automóviles no ha salido aún de las universidades y centros de investigación. No obstante, el proyecto europeo SARTRE ya ha llevado a cabo un exitoso experimento en el que un "tren de carretera" recorrió 200 kilómetros sin incidentes en España. Este tren estaba liderado por un camión que se comunicaba con una serie de coches que le seguían de forma automatizada. Este sistema permite a los convoyes de la comitiva entrar y salir a voluntad del tren, pero mientras permanecen en él no es necesario conducirlos.