El otro día leyendo Vanity Fair descubro a un joven de 19 años que se llama Bere Lobatón. Me seduce su cara angelical de niña, pero con una mirada llena de madurez y una personalidad que ya imprime carácter y se refleja en su actitud. Melena rubia y larga, ojos cristalinos y mucho glam. Pero glam del inteligente, como diría mi Lomana. Bere Lobatón. Hija del periodista Paco Lobatón, le escribo a Bere por Instagram. Me contesta casi al instante. Organizamos una sesión de fotos en el estudio del célebre fotógrafo de la movida madrileña Eduardo Momeñe para convertir a Bere en su musa. Y todo va sobre ruedas. Se expresa con propiedad, tiene seguridad en sí misma, y ha creado una revista digital llamada Ecooo Magazine, en donde entrevista a esas ‘segundas generaciones’. Estudia y trabaja ahora con Eugenia Silva en Hola Living. Su primer retrato se lo realizó el fuera de serie Jesús Isnard, la joven promesa de fotografía fotografía digno heredero de Mario Testino.
Y como ella, y en su medio y amigas además, la influencer Luna Serrat, nieta de Serrat; Sofía Bono, hija de José Bono; Marina Carmona, hija de Antonio Carmona, han concedido entrevistas a Bere.
Estamos ante una generación brillante. Y como acuñó por teléfono conmigo Paco Lobatón, ellas son ‘sisis’. El contrapunto, la contracorriente, el polo opuesto de los ninis, que ni estudian ni trabajan. Porque, reconozcámoslo, estamos ante unas nuevas generaciones anestesiadas absolutamente, que devoran Netflix como si no hubiera un mañana, que sueñan con ser Georgina y se alimentan de stories en Instagram para vivir vidas ajenas. Luna, Sofía, Marina y Bere son sisis: SÍ estudian, SÍ trabajan. Son pequeñas mujeres que se van haciendo a sí mismas, se van redescubriendo y están encantadas de ir creciendo, aprendiendo y madurando.
Luna copa casi 60 mil seguidores en Instagram y está preparándose para ser actriz, Sofía va por los 23 mil seguidores y Marina ya tiene 24 mil seguidores y ha anunciado su gira con C. Tangana. Una generación que promete. Llenas de estilo, de buen gusto, representan el valor del esfuerzo y alejadas de toda conformidad y aburguesamiento psicoemocional. Ellas viven, trabajan. Ellas son sisis, y no tienen complejos. No aspiran a ligarse a un futbolista, o a saltar de plató en plató contando dramas familiares. Son sí y dicen sí a la vida. Sisis con causa y discurso.