La Navidad es una de las tradiciones más prolongadas en el tiempo a lo largo de la historia, además, a pesar de ser fundamentalmente una festividad cristiana que recuerda el nacimiento de Jesucristo, desde sus orígenes se ha ido mezclando con elementos de otras religiones y culturas.
Lo más reseñable es que, centrándonos solamente en la palabra, Navidad viene del latín ‘nativitas’ que significa nacimiento. Por tanto, no es sorprendente que el momento más importante para el cristianismo sea este, el nacimiento de Jesucristo.
Sin embargo, a pesar de que la celebración está marcada por los cristianos el 25 de diciembre, en la Biblia no aparece como tal en ningún lado. De hecho, el análisis de ciertos fragmentos de los evangelios, así como de otros documentos de aquella época, han permitido a los historiadores realizar diferentes hipótesis sobre el nacimiento de Jesucristo. Algunos hablan de abril o mayo, mientras que otros concluyen que fue en septiembre u octubre.
En realidad se cree que en la Edad Media los líderes de la Iglesia cristiana, inspirados en los evangelios de San Mateo y San Lucas, fijaron esta fecha para alejarse de las celebraciones paganas vinculadas al solsticio de invierno. Ciertamente, en estas fechas los romanos celebraban las festividades dedicadas a Saturno, dios del tiempo y la agricultura, que también incluían el intercambio de regalos y terminaban con la festividad del Sol Invicto el día 25 de Diciembre.
Además, gracias al cronógrafo de Filócalo sabemos que al menos desde el año 336 con el Papa Julio I, el nacimiento de Jesús se celebraba el 25 de diciembre en Roma. Posteriormente, en el 440, el Papa León Magno estableció esta fecha para la conmemoración de la Natividad y ya en 529 el emperador Justiniano la declara oficialmente festividad del Imperio.
Lo cierto es que el 25 de diciembre es un día festivo en muchos países, celebrado por millones de personas en todo el mundo y también por un gran número de no cristianos.
Por tanto, aunque la Navidad actualmente se identifica con la época de los regalos, las celebraciones y reuniones familiares, sus orígenes tienen que ver con factores históricos que involucran al Imperio Romano, a ritos paganos y poco tienen que ver con el hecho histórico que se conmemora: el nacimiento del niño Jesús.
De hecho, la primera vez que podemos oír hablar de las Navidades celebradas el 25 de diciembre, tal y como lo conocemos hoy, surgió casi dos siglos después del nacimiento de cristo por lo que, incluso después del nacimiento del niño Jesús, las Navidades se seguían celebrando en torno a la figura de Saturno que los romanos implantaron.
Los romanos celebraban la Saturnalia romana que no era más que un festival que representaba el solsticio de invierno y honraban al dios Saturno. Durante esta fiesta, los romanos se alborotaban y por ello, los pocos cristianos que existían en aquella época, se oponían a estas celebraciones tan descontroladas.
Por tanto, se dice que la Navidad surgió como un sustituto de la celebración de Saturno. Además, cuando la religión cristiana se impuso en todo el Imperio Romano, el rey Justiniano declaró la Navidad como unas fiestas cívicas, aunque poco duró esta compostura, pues en la Edad Media las fiestas navideñas se convirtieron en días para beber y estar de juerga de la mañana a la noche.
De hecho, si miramos costumbres antiguas, puede parecer muy raro celebrar el nacimiento de alguien ya que en los primeros siglos de Iglesia Cristiana, se solía celebrar la muerte de las personas que eran importantes y no sus nacimientos.
El ritual de la navidad fue evolucionando con los siglos, lo que festejamos hoy día es muy distante de estas primeras navidades, y responde principalmente a costumbres originarias del siglo XIX y a la influencia de la sociedad de consumo.
¿Por qué se dan regalos en Navidad?
Los regalos, que se dan el 25 de diciembre, surgen de la costumbre de Santa Claus pero hay mucha historia detrás. Aunque en la edad moderna nos referimos a Santa Claus por San Nicolás, en una edad anterior, Santa era el nombre del dios Nimrod en Asia menor. Si lo pensamos un poco, veremos que el centro de las Navidades, en todas sus etapas, siempre han sido protagonizadas por los niños. Durante los tiempos romanos, los regalos se daban a niños y pobre; y los druidas sacrificaban a los niños para el dios que adoraban en estas fechas. De esta misma manera, Nimrod o el Santa pasado, devoraba a los niños y, hoy en día les reparte regalos.
Igualmente, también debemos analizar la figura de San Nicolás, que proviene de un personaje llamado "el alegre Nick" o "el viejo Nick". Si nos centramos en su nombre, Nick proveine de Nikos que significa "constructor y destructor", mientras que "Laos" significa pueblo. Los nicolaítas (seguidores de San Nicolás) se definen entonces como "el pueblo que sigue al destructor", que no deja de ser, de nuevo, Nimrod.