Está la gallina Turuleca y después la vagina Netflix. Pero entre gallina y vagina, están los ‘huevos vaginales’. Y si no, lean hasta el final.
Y es que, si algunos creíamos que la plataforma digital ya lo había hecho todo poniendo España patas-arriba con las marquesinas de Cuenca, para poner a "Cuenca mirando para Netflix" (y promocionar así la segunda temporada de Sex Education): ahora es el turno de las vaginas y de Gwyneth Paltrow. Las vaginas siempre habían estado de moda, pero hay momentos en los que directamente se convierten en tendencia publicitaria.
Y es que a la actriz americana ahora le ha dado por hacer documentales de sus negocios, The Goop Lab, herencia (o prolongación en formato audiovisual) de su controvertida empresa de estilo de vida y consejos para entenderse mejor con una misma y (supongo) con su vagina.
La polémica viene desatada por esto mismo. Por usar de cartel promocional del docu (que sale muy pronto en Netflix) una imagen en color rosa con diferentes capas ovaladas que se oscurecen conforme se acerca el centro. Y ella, en el medio, de rosa también, tan sonriente, y tan feliz, completa el eslogan de "alcanzar nuevas profundidades".
Es vox populi que uno de los temas más esperados del docu de la protagonista de la película Amor Ciego es la sexualidad femenina. Pero ella, que es tan "pro" para vender más y mejor, necesita tirar de atributos femeninos. Si en lugar de mujer fuera un hombre, diríamos que el anuncio es "sexista" y esas cosas. Pero la "doblez moral" una vez más se fusiona con la estupidez con el fin de parir cualquier porquería (nos salga de los huevos o nos nazca de la vagina) y firmarla con un nombre conocido para catapultarlo a la fama.
La gran sorpresa es que la empresa Goop, fundada en 2008, está valorada en 250 millones de dólares, según The New York Times. Y eso que el año pasado tuvo que hacer frente a la multa de 145.000 dólares por la venta de unos polémicos "huevos vaginales" (lo de las piedras naturales en la vagina para abrir los chacras y esas cosas). Así que, visto el percal, la campaña es hasta elegante. Imagínense el mismo anuncio dirigido por los creativos de Podemos. Podemos así cambiar la ‘d’ por la ‘t’ y vomitar a gusto.
Aunque no se vomita a gusto de todos, si les soy franca, por más que veo el anuncio, pienso que se trata de una publicidad de una crema vaginal o algún lubricante. Está claro que la profundidad está sobrevalorada. Y que, quien se acuesta como gallina, se levanta marrano, pero vivirá siempre sano.