¿El mejor push-up para los pechos? Tu marido. Hay tres cosas imposibles de esconder: la belleza, el dinero y el amor. O eso me ha enseñado mi buen amigo, el famoso pianista, Edelmiro Arnaltes. Estos tres bienes tan cotizados como a veces inalcanzables, generan envidia, a causa de los complejos (la mayoría de veces, traducidos en inseguridad y miedos).
Creo que esta va a ser la primera vez en años en la que voy a dedicarle una columna mía en en defensa de Cristina Pedroche, después de numerosos artículos en homenaje a los disfraces de Nochevieja. Más que en defensa de la vallecana, va a ser para reflexionar sobre el veto sufrido de su fotografía, en la que su amor incondicional el creador de Diverxo le sujeta sus mamas, cual sujetador push-up. En verdad sus atributos femeninos no precisan de este tipo de avances textiles para engrandecer lo que algunas no tienen (o, en caso de tener, se caen por la Ley de la Gravedad, incrementada con el paso del tiempo -a veces-). Pero lo cierto es que la envidia es tan perjudicial para la salud que, ante el agobio en Instagram que muchas personas han sufrido (apuesto lo que sea a que la mayoría eran mujeres), se han visto obligados a "denunciar" la foto en la aplicación por ser considerada "inapropiada". Seguramente la denuncia fue incorporada en la categoría de "desnudos" y "pornografía" o algo similar. Y, la red, ante el aluvión de denuncias en masa (porque, señores, el asunto de las manos de su marido amarrando los pechos de una mujer es muy grave; y lo saben…) se ha visto en la necesidad de eliminar la fotografía.
Pedroche, que es tan atrevida, subía esta semana nuevamente la fotografía. Y a mí me recuerda a cómo se sintió de ofendida en Zapeando cuando sacaron mi corte en Punto Pelota en el que insinuaban sus compañeros que yo era machista por afirmar que hay muchas mujeres que no saben qué es el fuera de juego (pero no por incapacidad sino porque no les interesa). Dicho esto, la presentadora saltaba de su asiento diciendo "me voy, me voy". Actitud de indignación a causa de mis comentarios, por cierto, descontextualizados.
A mí, la foto como tal me parece de mal gusto. Hortera, como ellos. Simple, como su manera de amar, incluso (deduzco). El debate se divide entre los que dicen que esta foto muestra la cosificaciòn de la mujer y, por ende, es machista; y otros hablan de que esto es amor, libertad de expresiòn corporal y feminismo. Yo sólo pido libertad para esos senos, bajo el eslogan "lola’s free". Las encuentro muy oprimidas y agobiadas.
De todos modos siempre nos va a quedar el Teorema de la Mona que, aun vestida de seda, sin foto se queda. A ver cuánto tiempo necesitan para que le borren esta obra maestra de nuevo.