Los baches culturales son de esas cosas que le dan vidilla al mundo de la moda e incluso consiguen "bajar" esta industria a la tierra (ni todo es tan perfecto ni las nubes huelen a dulces). Pero lo preocupante es que ese bache cultural se termine convirtiendo en un agujero sin salida, y la firma sea razón de mofa. Versace es tan ‘cool’ que hasta es capaz de convertir Hong Kong y Macao en país, y no pasa nada. Ya saldrá Donatella a dar la cara, (como hizo hace unos días), aunque esta -su cara- (en su sentido más literal y carnal) sea el resultado de un sinfín de retoques estéticofaciales, imposible de manifestar alguna emoción.
Un "gracias" y un "no lo volveremos a hacer" en sus redes le ha bastado para limpiar la imagen de la firma, ahora propiedad de Michael Kors (no hace ni un año de esta compra millonaria). Y mientras tanto, China enfadada, los chinos enfadados y alguna que otra bronca silenciada en la casa italiana. Que tiemble Italia, que no habrá más arroz tres delicias en años. Los chinos no levantan cabeza desde que el año pasado ya Dolce & Gabbana lanzara un spot son asiáticos intentando comer "malamente" con palillos chinos comida italiana.
Me pregunto con qué rapidez se han agotado las camisetas de la discordia. Les pongo en antecedentes: son de algodón, en color blanco, su diseño resume en dos columnas la enumeración del listado de ciudades con sus respectivos países en los que la marca está presente. Así que la ciudad Hong Kong pertenece al país Hong Kong, y Macao a Macao, según esta joya textil.
Y por qué no Barcelona adherida a Cataluña como otro mercado indepe de estos genios del diseño que no tienen conexión a Internet y tiran de memoria y creatividad? Ironía aparte.
Además de que la camiseta sea fea de narices, y cara hasta decir basta, estamos ante uno de esos gazapos que alimentan la industria textil de polémicas que dejan muy mal parado al sector y a aquellos que nos dedicamos en cuerpo y piernas. Porque para hacer moda se puede tener cultura, y hasta tirar de Google. Y ante la duda (y no mencionaré el "teorema de los senos" de "ante la duda la más te…"), es mejor inventarse un país que convertir una ciudad en una nación nueva y desconocida. Principalmente porque no habrá ciudadano que se sienta ofendido y no habrá twittero aburrido alguno que ironice con ello. Y así los periodistas de moda podremos escribir de cosas más serias. A mí siempre me quedará la gran frase de "qué sabes de mi país?" en honor a San Petersburgo, país San Petersburgo ;)