De los bocazas con gracia y clase sólo queda el duque de Edimburgo. Con la muerte de Karl Lagerfeld perdemos que mucha gente se cabree con sus cosas. O no. También se pueden, y deben, seguir muchos de sus consejos. Ríete de las influencers con el remedo de Mortadelo. Tenía tanta razón con eso de que el desaliño y la mediana edad son incompatibles. Claro que a él lo de la edad le daba igual. Gay Talese ya iba al colegio hecho un pincel porque su padre era sastre y lo utilizaba de modelo publicitario. La madre de Karl Lagerfeld le decía que podría despertarse en mitad de la noche gravemente enfermo, así que siempre tenía que estar impecable. "Ahora me río, pero creo que todo el mundo debería irse a la cama como si tuviera a su cita en la puerta".
Pero, vaya, hay mucho parecido entre eso y lo que nos decían nuestras abuelas. Que lleváramos las bragas limpias y nuevas por si nos tenían que llevar de pronto al hospital. Es curioso que sólo les importaran las bragas y no lo la ropa en general. Un día me rompí una pierna con la bici de montaña. Caí en un riachuelo por entrar demasiado despacio. Me quedé clavada, puse el pie derecho en una piedra enmohecida y el pie se quedó mirando para Pontevedra (estaba en Murcia). Mientras el amigo que iba conmigo en bici fue a por el coche para sacarme de allí, permanecí boca arriba con el culo en el agua. En el barro. No sólo me rompí la tibia y el peroné (eso lo supe después) sino que me cargué un absurdo teléfono Bang & Olufsen que tenía entonces y llevaba en el bolsillo. Al llegar al hospital y quitarme el culotte también vi que las bragas blancas de algodón, las de hacer deporte, estaban marrones por detrás, como si me hubiera cagado. Me acordé de mi abuela y de la madre de Karl Lagerfeld mientras me moría de vergüenza.
También es verdad que yo a esa señora, a la madre de Karl, la tengo siempre en mi pensamiento. ¿Qué razones puede haber para no fumar? La que dio ella es la más convincente. Le dijo a su hijo que no fumara. "Tus manos no son tan bonitas y eso es lo que se ve cuando fumas". También le dijo que la homosexualidad no era nada, era como el color del pelo, nada importante.
Una vez preguntaron a Karl Lagerfeld a qué hora cenaba. "¿Cenar?", fue su respuesta. Ocurrió después de adelgazar 40 kilos. Al parecer, con la dieta del doctor Houdret. Según él, fue cuando Hedi Slimane sacó aquellas colecciones estrechísimas para Dior (Slimane, que comía potitos). Si quería meterse en esos trajes, tenía que adelgazar. Su gordofobia era legendaria. Se arrepintió de haber hecho una colección para H&M en 2010 cuando la firma sueca hizo tallas grandes con sus diseños. En el libro The world according to Karl (El mundo según Karl) se recreaba en todas esas cosas sobre gordos que ya había dicho antes en televisión. Entre otras cosas, acusó a los obesos de ahogar a la Seguridad Social por las enfermedades que tenían. Luego una presentadora de televisión se lo recriminó: "Uno no elige ser gordo o delgado". "Es verdad, no se elige, pero un poco de disciplina alimentaria aliviaría la Seguridad Social". Soltar que Adele estaba "un poco demasiado gorda" tampoco es ninguna cosa extraordinaria. Ni que la cara de Pipa Middleton no le gustara. "Debería aparecer siempre de espaldas". Hay gente de la que ni siquiera se puede decir eso.
No convenía convertirse en su enemiga. Inés de la Fressange fue la modelo principal de Chanel durante un tiempo. Y su amiga. Pero también dejó de serlo. "Le deseo toda la suerte del mundo, hasta el punto de no tener que verla nunca más ni oír hablar de ella". El tío tenía gracia. Más allá de su maestría en la moda (y la promoción de la moda), que de eso no hablo. Su ingenio malvado era envidiable. "Los tatuajes son horribles. Es como vivir en un vestido de Pucci todo el rato". Eso es demasiado fino. Porque siendo malo no dejaba de ser elegante. Ves a Sergio Ramos y gente así de decorada y piensas, copiando a Lagerfeld pero en vulgar, que es como vivir en un vestido de Desigual todo el rato.