
¿Han leído y reflexionado sobre el precioso, profundo, poético e importantísimo eslogan de "la talla 38 me aprieta el chocho"? Pues se trata del último invento de una campaña (definida como feminista) que lucha contra los cánones de belleza.
No. No es una broma, aunque podría ser un meme de sí mismo. Liderado por Comando Violeta, Cuenca se ha inundado de ochos y chochos, aunque sea con palabras (la imaginación, ya corre por cuenta propia). Sobre todo las tiendas de ropa, nuestras mayores enemigas.
Las rebajas, ese invento tan capitalista y agresivo, ha encontrado así, en esto en concreto, un antídoto: ¡ya si consumes y revientas tu cuenta bancaria!, que sea con un sentido moralista, previa advertencia.
¡Coño! (O ¡Chocho!) Si la talla 38 me apretaba ahí abajo… y yo ni me he dado cuenta. ¡Qué gran verdad! Quememos los vaqueros y tejanos de la 38, las braguitas y los leggings. Alivio absoluto. Es más: dejemos de hablar a esas mujeres que portan una 38, porque les aprieta el chocho, y eso es poco sano, y pocho.
Porque la 38 es imposible. No existe cuerpo para la 38. ¡Eso es una aberración! La que lleva 38, por favor, que se coma los roscones que han sobrado en el Mercado. Que coma uno con nata por día, para que así: en un par de semana, lleve la talla 40, esa que si llevas es porque sí alimenta, así de la belleza dejas de ser sirvienta. Con la 40, como las Kardashian, y tras parir, cómete tu placenta… intenta, intenta. Que con la 40, no te quedas hambrienta. Con la 40, ninguna feminista, violenta. Y si engordas y dejas la 40, ya sabes, los Levi's llévalos a la venta. Porque si me paso a la talla 42, esto sólo fue por la pizza de Dominós. Cada viernes, entredós.