La princesa Leonor y la infanta Sofía se han vuelto a convertir en protagonistas como en cada una de sus salidas eclipsando al resto de la comitiva. Las hijas de los reyes Felipe y Letizia acudían por primera vez a la celebración de la Constitución que este año cumple ya 40 años, desde su proclamación el 6 de diciembre de 1978.
Tras la esperada llegada al Palacio de las Cortes, Leonor y Sofía han bajado del coche oficial sonriendo y saludando a los presentes en una fría y soleada mañana de diciembre.
Por primera vez, desde hace mucho tiempo, Letizia ha vestido a sus hijas prácticamente iguales, aunque como siempre tiene que haber un matiz algo diferente. Las niñas llegaban con dos vestidos de cuadros grandes en gris y capas de media manga, una en azul y otra en burdeos, con medias y zapatos a juego.
Leonor, como heredera del trono Borbón ha sido la representante del color azul como su padre el rey Felipe, que lucía corbata azul. Por su parte, la infanta Sofía combinaba su vestido gris con estampado tartán con calcetines a media pierna en tono burdeos y zapatos de ante a juego.
Los vestidos de las niñas, eso sí, han sido prácticamente iguales en gris de lana, con cuello caja y motivo central de manga francesa, sueltos, con una imperceptible diferencia en la línea de sus cuadros como del escote que puedes encontrar muy similares en Massimo Dutti y en Zara.
Una vez más, la reina Letizia ha ejercido más de madre que de Reina porque mientras su marido el rey Felipe VI y sus suegros los reyes eméritos don Juan Carlos y doña Sofía hablaban con protocolo, doña Letizia se quedaba con otra parte de la comitiva esperando a que les recogieran las capas que llevaban para iniciar el tradicional saludo a todas la autoridades antes de entrar y presidir junto a sus padres en el hemiciclo.
En cuanto al peinado, Leonor y Sofía han vuelto a hacer gala de la premisa menos es más y han lucido unos semirrecogidos, utilizando el pelo como diademas. En esta ocasión, para el día del 40 aniversario de la Constitución han recogido el pelo con unos delicados mechones retorcidos a cada lado y recogidos uno por encima del pelo a modo de corona y otro por debajo de la cabellera para que esta no se vea y sea imperceptible el final del peinado.