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Katy Mikhailova

¿La caída de los ángeles?

Desde 2016, Victoria's Secret no levanta cabeza. Su caída de ventas es alarmantes, y los expertos se preguntan qué pasa.

Desde 2016, Victoria's Secret no levanta cabeza. Su caída de ventas es alarmantes, y los expertos se preguntan qué pasa.
Modelos de Victoria's Secret | Archivo

La perfección ansiada empieza a cansar. Las mujeres están agotadas de aspirar a tener unos glúteos y senos perfectos, y el show de la opulencia y la ostentación parece estar caduco. Eso apuntan las decepcionantes cifras del negocio de Victoria's Secret. Y es que, desde 2016, la marca no levanta cabeza. En verdad es tan sólo una caída del 2% de la cifra del negocio anual, pero resulta alarmante. Y los sociólogos de moda nos lanzamos a debatir si podríamos estar ante el declive de un modelo aspiracional de perfección inexistente.

La marca es conocida en el mundo entero por protagonizar uno de los espectáculos más caros y mediáticos de la moda. Pero, quizá, la consumidora media se ha cansado de la fantasía de los Ángeles y el "brilli brilli" de sus productos.

La curiosidad nos motiva a no perder detalle del desfile espectacular de los ángeles (y ver qué nuevas modelos se incorporan); sin embargo, la curiosidad no siempre es acompañada del impulso de compra.

En Victoria’s Secret (en la Calle Fuencarral de Madrid hay una, y en la T4 otra), nada caros los precios (¡por cierto!), he notado una profunda carencia de estilo: de todo lo que se muestra en sus desfiles (alas inmensas, tacones altísimos, sujetadores con cristales de Swarovsky y todo tipo de artilugios) ni un 10% de la línea estética pasa a la tienda. Vamos: ¡arte por el arte! ¡espectáculo por titulares! Y, mientras tanto, las consumidoras se encuentran en los establecimientos con productos muy estándar, que lejos quedan de tener alguna inspiración en algo de lo presentado en el show.

Nadie va a comprar esas alas (por inutilidad y alto coste), pero sí deberían crear réplicas de algunas piezas icónicas por un precio razonable.

Más allá del error de no encontrar una coherencia entre desfile y tienda, quizá a más de una le dé pereza entrar en una de estas tiendas al recordar que sus cuerpos distan mucho de esa perfección que promulga la filosofía de la firma.

No lo digo yo, también apunta a esta teoría la revista norteamericana The Business Fashion, que destaca que "la sociedad ha cambiado. Victoria’s Secret no".

Vivimos un momento tan sumamente sensible que las mujeres quieren algo más creíble y real. Yo, más allá de quién publicite la marca (de si "perfección" o impurezas), siempre prefiero el algodón, los colores lisos (he enterrado los incomodísimos tangas), buscando algo bueno, bonito y barato. Y ya puestos: marca España. Tenemos Oysho y Women’Secret. ¿Qué más? Si con ir aseados es suficiente.

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