Suelo hacer un seguimiento en Google de todas las polémicas en el mundo de la moda y la belleza que son noticia. Y es que ver un titular en Internet -en un portal serio de una cadena musical de radio que todos hemos escuchado seguramente alguna vez- en el que pone "facial de pene" me ha desconcertado por completo.
Facial, relativo a cara: lo primero que piensas es una cara elaborada a partir de un miembro -¡qué escatológico!- o una cara en forma de pene. Quizá el titular haya omitido la palabra "mascarilla", algo que también pensé. Y luego llegué a la reflexión de si no será una mascarilla de pasta italiana y que, en la palabra "pene", se han comido una "n" y querían haber escrito "penne".
Pero volvamos al facial de pene. Decidí dejar de darle vueltas al asunto, no desesperarme más y leer el artículo. ¿Detrás de todo esto? Sandra Bullock y Cate Blanchett. ¡Voilá! Descubrí el misterio en el subtítulo. "Tratamiento facial". ¿Era tan difícil poner poner esta otra palabreja en el titular?
Resulta que el tema no tiene mucho meollo más allá de que, al parecer, se trata de, -tal como sospechaba-, una mascarilla con aroma a esperma. Y, tal como confiesa Blanchett en Vogue Australia, decidieron bautizarlo como facial de pene por esta misma razón.
¿Se imaginan los clásicos anuncios de perfume de navidad que, en lugar de evocar el agua de flores nos ofrezca ‘aroma a pene’? Esto me recuerda a aquellas recetas elaboradas con semen, tema del que escribí aquí hace algún tiempo ya, en De semen y cocinillas. Lástima que el tema no prosperara demasiado en España y que Dabiz Muñoz no sacara una crema de verduras con dicho ingrediente.
Fijaos lo ridículo del asunto del facial de pene que, después de que medio Hollywood se hiciera eco del temilla, Vogue Australia se agobió y decidió retirar las declaraciones de su web. Tarde, como suele pasar en esto. Ya que polémicas como estas se propagan con una rapidez imparable.
Y es que después, para más colmo, la creadora de esta crema milagrosa explicó que todo ello tiene su razón de ser en las células madre -clonadas- que deben de -supongo- aportar ese olor a semen que fue detectado por Bullock.
Frivolidades diversas. La sociedad sigue degradándose hasta llegar a estos extremos. Después del yogur de semen o de Kim Kardashian comiéndose la placenta de su propia hija recién parida… imagino que de los creadores de semejantes atrocidades llegará el "helado de fluido vaginal" y "crema bronceadora con menstruación femenina", y guarradas diversas. Todavía me pregunto qué hago escribiendo de estas banalidades tan poco elegantes; pero después me acuerdo de que nuestros lectores tienen el suficiente sentido de humor para afrontar con normalidad cómo evoluciona el idiotismo de Occidente. Confieso que me ha costado hasta encontrar un titular sin caer en la grosería.