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Rosa Belmonte

Las disidentes

La histeria femenina del "Ask Her More" tiene, por fin detractoras. Hay mujeres a quienes no les importa que les pregunten qué llevan puesto.

La histeria femenina del "Ask Her More" tiene, por fin detractoras. Hay mujeres a quienes no les importa que les pregunten qué llevan puesto.
Robin Wright | Cordon Press

Todo movimiento tiene su disidencia. Al ‘Ask Her More’, esa histeria femenina y hollywoodense, le han salido detractoras de tanta enjundia como sus fundadoras. Es un decir. Lo de la fundación. Todas esas mujeres molestas por las preguntas sobre los vestidos en las alfombras rojas tienen sus críticas. Al principio fueron Amy Poehler, Reese Witherspoon ("Somos más que vestidos. Estamos orgullosas de hablar de nuestro trabajo"), Emma Stone ("Sí, eso es lo que importa", dijo al ser elogiada por lo guapa que estaba). Julianne Moore, Laura Dern y Lupita Nyong’o también se unieron. "Me gusta que me pregunten sobre mi trabajo. Ahí soy una experta" (Lupita). Madre mía, si no he visto a nadie más preocupado por lo que se ponía en uno de esos saraos en los últimos tiempos.

Cate Blanchett, quizá la precursora del cascarrabismo indumentario, preguntó a su entrevistadora en los premios SAG si a los hombres también le preguntaba por la ropa. Podría recordar a Jerry Seinfeld cuando aseguraba que la explicación de los esmóquines estaba en la idea de las mujeres de que ya que todos los hombres son iguales, por qué no vestirlos a todos igual. Una de las disidentes de esta histeria es Robin Wright (quiero al entrenador que ha tenido para Wonder Woman). Ha apuntado la misma idea que Seinfeld: "Eres una mujer, llevas y vestido y la gente dice ‘¿por qué no le preguntan nada al hombre del esmoquin?’. Bueno, porque ellos llevan todos lo mismo". Lo dijo en Cannes. También que no era sexista preguntar por la ropa: "Por eso estamos aquí y nos paran, porque llevamos una pieza de un diseñador. Estás aquí para vender. Te hacen un favor y tú se lo haces dándoles publicidad". Ole. A mí House of cards siempre me ha parecido una mamarrachada (quiero decir que mientras Scandal va de mamarracha porque lo es, estos van de serie finolis siendo una ficción tan loca como la de Shonda). Robin Wright también me ha parecido siempre lo mejor de la serie. Ahora me cae todavía mejor. Otra de las disidentes es Ruth Negga, la actriz de Loving. A Negga, que también ha sido portada de Vogue, le encanta que le pregunten por lo que lleva puesto. Lo dijo en el Telegraph cuando le preguntaron por el ‘Ask her more’. "No me ha importado, soy una gran fan de la moda. He llevado obras de arte, ¿por qué no iba a querer hablar más de eso?". Sobre todo si es gratis. Por eso también tiene sentido que Mila Ximénez, que se ha gastado 30.000 euros en operarse, no diga quién le ha operado, no tiene por qué hacerle publicidad.

Molestarte si te preguntan por un ‘armani’ escogido expresamente para la ocasión (casos de Julianne Moore o de Cate Blanchet) es un poco demente. Como pretender que no hablen de tus tetas si las llevas fuera. Es tan loco como Nieves Herrero molestándose con Ángel Garó por bromear sobre el maltrato femenino en ‘Sábado Deluxe’. Lo único que dijo es que la novia que tuvo de joven todavía no ha dicho que le pegara. Eso parece que ofende a Nieves Herrero. El humorista Jorge Cremades, al que califican de homófobo y machista, tuvo una protesta el otro día en el teatro de Barcelona donde actuaba. Los manifestantes trataban de impedir la entrada del público. "¿Le reirás las gracias? Rechacemos el humor machista", se leía en una pancarta. Aquí hay que tirar de Joan Rivers (igual que con el asunto de Kathy Griffin): "No nos disculpamos por un chiste. Somos cómicos. Estamos aquí para hacer reír. Si no quieres escucharnos o mirarnos, no lo hagas". Pero no den por saco.

Lo último es Risto Mejide quejándose en un artículo de que Buenafuente haga chistes sobre la diferencia de edad que tiene con su mujer. Hombre, esto es como lo de llevar las tetas fuera. No me interesa lo que Buenafuente ha contestado (que se ríe de todo, hasta de lo que respeta), me interesa y sorprende que Risto (¡Risto!) se moleste por los chistes a propósito de su persona (y su personita). #Ríete de él más. Y pregúntale qué lleva puesto.

En Chic

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