Todo lo que tocan lo convierten en oro. Han sido capaces de poner de moda los traseros enormes en un momento en el que la tendencia que impera es la hiperdelgadez. Y es que el marketing más genuino tiene un nombre: Kardashian.
Esta semana son noticia, nuevamente, por la fantástica idea de desaparecer de Instagram un tiempo para volver a lo grande y con una nueva cuenta repleta, de lo que podría ser, lo que conocemos como las famosas campañas t-shirt. 3 fotos, repetidas 3 veces cada una, de diferentes partes del cuerpo de las Kardashian promocionando bragas y sujetadores, redirigiendo a la tienda online de la que es la nueva firma: kimoji.
En la web, que ustedes mismos pueden comprobar, diversas baratijas a precios que oscilan entre los 10 y 40 dólares. Merece la pena una reflexión sobre cómo ellas las prefieren de lujo, las marcas digo; mientras que, para su audiencia, saben de sobra, que el bajo precio es lo que corresponde a sus seguidores.
De entre los artilugios de la firma de Kim Kardashian destacan, además de bragas, sujetadores y chanclas, carcasas de móviles y tonterías de ese tipo, cuya estética no puede ser más cercana aestas celebridades: el culo. El enorme, pomposo, voluptuoso, bronceado y curvilíneo trasero de la reina del márketing y de sacarle tajada a las polémicas que surgen a su alrededor.
Es curioso apreciar cómo un objetivo o un símbolo, repetido hasta la saciedad y acostumbrándote al mismo, termina por normalizarse en una sociedad. Y no necesitamos años, meses o semanas. Si se meten por primera vez en la tienda online de la firma y ven el culo les podría parecer algo hortera. Diez minutos después: el trasero te parece algo cotidiano y hasta pasa desapercibido. Dicho de otra forma: que si durante semanas vemos a jovencitas por las calles de Madrid con suéteres repletos de culos-kardashian no nos va a parecer ni raro ni grotesco, incluso quizá ni nos fijemos.
Sí: todos conocemos cómo se lanza a la fama la carrera de Kim gracias al vídeo porno; pero no me negarán que las Kardashian y su respectiva familia -hermanas, hermanastras, padrastro, etcétera- no son unos genios de hacer dinero de la nada. Aunque sólo sea por eso, su culo merece un respeto, oigan.