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Katy Mikhailova

Presunta igualdad y píldoras masculinas

Hay un número importante de hombres que sufren maltrato por parte de mujeres y a los que estamos dejando a un lado.

Me encuentro con una conversación del Whatsapp vía audio de lo más interesante. A raíz de una historia que todavía no puedo contar, Carmen Lomana me comentaba su apoyo a los hombres que sufren maltrato de género, ya que son más de lo que pensamos, y es una realidad que está ahí pero que obviamos.

Sin ir más lejos, el pasado fin de semana la asturiana contaba en su sección de radio casos exagerados de una mujer, por ejemplo, que intentaba envenenar a su marido con matarratas; y como estas, otras tantas historias muy deleznables.

Todo ello me invitó a reflexionar una vez más sobre ese tema que tanto me gusta: ¿feminismo o feminazismo? ¿Dónde está la barrera que separa un fenómeno del otro? Porque, si bien debemos defender los valores de la mujer y sus derechos, nos olvidamos de los del hombre.

Hay un número importante de hombres, que por desgracia solo va a más, que sufren maltrato por parte de mujeres, y, sin embargo, es una cuestión que estamos dejando a un lado.

Esto me recuerda la noticia que leí hace unas semanas, -al parecer no es nada nuevo el tema, pero para mí era una sorpresa- acerca de la píldora para masculina. Sé que a priori suena algo extraño, pero, ¿y por qué no? Aprovechando que iba a tratar este asunto, abrí un debate en redes sociales, y me encontré con todo tipo de comentarios. Desde la libertad que gana el hombre al asegurarse que "ninguna lagarta" se quede embarazada de él a traición -palabras literales-; hasta opiniones, que podrían sonar "machistas" acerca de que este método anticonceptivo es para mujeres y que el hecho de que un hombre las consuma es una "ofensa" para su virilidad. Chorradas a un lado, creencias, complejos o el micro-imaginario individual de cada uno… Juzguen ustedes.

Yo no me he puesto en la tesitura de un hombre al que le plantean -o se plantee- tomar la píldora. Quizás estemos más cerca de ver a un hombre con retención de líquidos, menos vello, más pecho y cambios de humor. Y sí, soy consciente de que los efectos secundarios son muy diferentes.

Pero desde aquí me sumo al apoyo de Carmen y animo a todos las personas, hombres o mujeres, a no pasar ni una en lo que a maltrato, físico o emocional, se refiere. Si pedimos igualdad, que sea para los dos géneros, ¿no les parece?

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