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Cómo poner bonita tu casa y ahorrar en calefacción

Existen reformas que ayudan a redecorar una casa y, a la vez, ahorrar mucho dinero en calefacción a largo plazo. 

Ahorra calefacción decorando | Idealista

¿Es posible decorar tu casa de manera actual y a la moda, y ahorrar con ello en calefacción? Según los expertos de Houzz e Idealista lo es, de modo que (re)decorar tu hogar puede ser la manera perfecta de ahorrar euros en energía.

Por supuesto, todo comienza con elegir unos radiadores y generadores más modernos y eficientes. Así te ahorras subir mucho el termostato de la calefacción, y que el calor que emitan se aproveche mejor. Una casa sin pérdidas térmicas que no requiera hacer funcionar al máximo el sistema permite ahorrar en la factura de la calefacción... consiguiendo además una temperatura confortable de manera más rápida. El problema radica tanto en el sistema como en la casa.

Porque, tal y como publica Idealista, puede haber pérdidas a través de muros que dan al exterior o a ambientes contiguos, o por filtraciones de aire, por ventanas, por cajetines de persianas, por marcos de puertas… Aunque también puede haber ganancias debidas a cargas internas o al sol. La diferencia entre las ganancias y las pérdidas térmicas dará un valor con el cual se puede establecer la carga térmica en kilocalorías que hay que incorporar en la casa, para alcanzar la temperatura deseada.

Por eso es importante la calificación energética de la casa, que permite al futuro inquilino hacerse una idea de lo que la casa gasta en energía. Se trata de un certificado en el que se analizan materiales, aislamiento e instalaciones técnicas y se determinan las emisiones de CO2 emitidas, para cubrir la demanda energética que necesita la vivienda, en base a su superficie. Así, se establece, una escala que va desde la letra A, la puntuación más eficiente, a la G, la menos.

Presta atención a ventanas y aislamientos. Refuerza ventanas y muros, elimina puentes térmicos, aísla suelos y techos e invierte en ventanas con rotura de puente térmico. La madera y el PVC ayudan a hacerlo, así como los vidrios de baja emisividad. Si tienes que renovarlos puede suponer un incremento en el presupuesto de reforma de un 10% más pero las mejoras repercutirán en un ahorro al año en energía de, como mínimo, el 30% cada doce meses.

Existen elementos de refuerzo más económicos que te ayudan a rematar la jugada, o bien a al menos frenar la fuga de calor, mientras decoras tu casa. Persianas enrollables y contraventanas exteriores producen un efecto estético al tiempo que hacen su trabajo con el frío. Por supuesto, el clima del lugar, la orientación y la calidad constructiva de la vivienda también influyen.

Para ahorrar en calefacción debes empezar, por ejemplo, ajustando la temperatura de la casa. En invierno deja el termostato a 20ºC y en la noche selecciona el programa hasta 18ºC. Por cada grado que subas el gasto se incrementará en un 7%.

El siguiente paso será revisar el sistema para mejorar su rendimiento, eficiencia, o para hacer cambios. Por ejemplo, sustituye la caldera convencional por un generador más eficiente e incluye válvulas termostáticas en los radiadores, útiles para no desperdiciar energía en habitaciones que no se usan.

Si estás todo el día fuera, convendrá que además sean programables y con la posibilidad de controlarlos vía wifi y, si se puede, relaciona estos dispositivos con la temperatura exterior, de modo que el gasto se ajusta todavía más, informa Idealista.

Puedes incorporar, si tienes presupuesto, soluciones tan modernas como el suelo radiante por agua. Con ellos se necesitan 2ºC menos de temperatura para alcanzar el confort ambiental, lo que lo convierte en un 20% más económico que un sistema de radiadores por agua. Además, ofrecen otra ventaja sin igual: se obtiene un calor homogéneo en todos los puntos de la vivienda, sin corrientes de aire. No obstante, debes tener en cuenta que este sistema retiene tan bien el calor que, si vives en un clima húmedo, probablemente se trate de una solución excesiva.

La caldera debe ser eficiente. En esta línea están las calderas de condensación, las de biomasa y las bombas de calor aire-agua, los tres sistemas más factibles de instalar en todo tipo de viviendas. La diferencia está en que la energía que antes se desperdiciaba en los humos, en la caldera de condensación se recupera para calentar el agua de retorno, haciendo condensar el humo antes de ser expulsado. Si está a baja temperatura la caldera no se para, favoreciendo la condensación y el rendimiento.

Las calderas con micro acumulación y radio-control y termostato programable modulante con función de estación meteorológica, que indica la fecha, la hora y la temperatura interior y exterior, son lo más avanzado en este tipo de instalaciones. Los ahorros en gas pueden llegar al 30%. Si eres un friqui de la tecnología, te encantará presumir del control remoto.

Los radiadores requieren un adecuado mantenimiento que no todo el mundo conoce. Para empezar, hay que limpiarlos y purgarlos una vez al año. Luego, conviene dejarlos vistos, sin ningún tipo de decoración superpuesta. Tienen que estar ubicados en puntos de la habitación que ayuden a compensar las pérdidas, por eso se suelen colocar debajo de las ventanas y en fachadas que dan al exterior, pero también conviene distribuir equidistantemente la ubicación de los emisores. Puedes jugar con el efecto que crean con determinados muebles para no descuidar el lado decorativo.

Por no hablar de factores estéticos. En el caso de ventanas, el largo del radiador debe cubrir el ancho de la misma. Si tienes ventanales que llegan hasta el suelo, puedes optar por modelos compactos de poca altura y de alto rendimiento. Cuando hay techos altos o dispones de lienzos de pared estrechos, busca soluciones verticales que sorprenderán a las visitas.

Otro paso imprescindible es la sustitución de las válvulas manuales por válvulas termostáticas. Tal y como explica Idealista, te permitirá ajustar la emisión de calor de acuerdo a las variables de cada ambiente en particular y de una forma automática. Por un poco más de dinero, es conveniente que instales las mucho más precisas válvulas electrónicas.

Para ajustar el consumo de un sistema de radiadores por agua, se puede bajar la temperatura de trabajo. De esta forma, se disminuye la diferencia entre la temperatura de salida del radiador y el ambiente, lo que se denomina salto térmico. Así se pueden conseguir mayores ahorros si mantenemos los radiadores tibios, con una temperatura más baja, ya que el pico más elevado y rápido, solo se necesita cuando la casa está fría. Es mejor comprar los que ya están preparados para funcionar con temperaturas de trabajo bajas y que cuentan en su interior con intercambiadores de calor.

El generador perfecto para este tipo de radiadores puede ser una caldera de condensación, una de biomasa, como las de pellets o las bombas de calor aire-agua. Con el conjunto de caldera de condensación y radiadores de baja temperatura, por ejemplo, conseguirías un ahorro del orden del 40%.

¿Cuál es entonces el sistema de calefacción que más me conviene? No hay recetas fijas, pero sí elementos que te pueden ayudar a decidir. Uno de ellos es el aporte de calor pasivo que pueda tener tu casa a través de las ventanas; otra, el tipo de materiales con los que has acabado la envolvente. Los dos contribuyen a acumular calor y a que rinda más el sistema de calefacción. El uso de madera puede crear un efecto estético bonito, por no mencionar una impresión más cálida. Pero es que se trata de una sensación real: la madera preserva el calor.

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