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Rosa Belmonte

De folios, corsés y plátanos

Desde febrero hay piradas midiéndose en Instagram y Snapchat la cintura con el ancho de un folio. Se trata de la última y dañina moda por internet.

Desde febrero hay piradas midiéndose en Instagram y Snapchat la cintura con el ancho de un folio. Se trata de la última y dañina moda por internet.
Una cintura tamaño folio | Instagram

Algunas chinas deben de extrañar los pies de loto, la costumbre de vendarse los pies, y por eso se han buscado otra tortura tirándose el folio. Ahora no tienen que untarse los pies de sangre animal y atarlos con trapos de algodón para doblarlos hacia adentro y que no crezcan de forma natural (una salvajada prohibida en 1912, aunque siguiera practicándose después). Nunca habíamos pensado en el folio como unidad de medida, pero desde febrero hay piradas midiéndose en Instagram y Snapchat la cintura con el ancho de un DIN A 4, el tamaño de papel más usado en fotocopias, papel de oficina y material escolar. Sus medidas son 210 por 297 mm. Es decir, que las cinturas no deben superar de frente los 20 centímetros. No estamos hablando de rodearlas con un metro. Sí habría que rodear con una correa a estas mentecatas y encerrarlas en algún sitio.

El reto lleva haciéndose desde el mes de febrero. Una cosa era echarse un cubo de agua encima y otra, esto. El año pasado la melonada de muchas jovencitas era el ‘belly button challenge’, que consistía en pasar el brazo por la espalda y llegar al ombligo. Obviamente, ambas prácticas obligan a estar escuchimizada. El reto de la cintura A4 está teniendo mucho éxito. En la app china Weibo había hace ya un tiempo millones de fotos con el folio y la cintura. Claro que también hay quien contesta a la melonada como se merece y utiliza el folio para escribir contra la misma. Con simplezas como "Sujetar un trozo de papel enfrente de tu cintura no debería definir tu belleza". En fin, que suenen los violines.

Por supuesto, las redes sociales tienen mucha vigilancia sobre mujeres amamantando y otras indecencias. Pero sobre algo que fomenta los trastornos alimenticios, no. Me niego a llamar foliorexia a esta gilipollez (qué de palabras perpetradas con ese sufijo). Aunque hayamos pasado de meternos en un vestido a meternos en un folio. Bueno, yo dudo que quepa ni siquiera en el folio apaisado. Desde luego no voy a medir 90-A4-90.

El folio es el nuevo corsé, pese a que en lugar de tener a Hattie McDaniel metiéndote en cintura lo tienes como objeto virtual. A distancia. Sin tocarte, como el reiki. Pero dañando. Thomas Payne es uno de los padres fundadores de los Estados Unidos. Y autor de ‘Los derechos del hombre’, panfleto en defensa de la democracia publicado en 1791. Thomas Payne fue también en algún momento de su vida fabricante de corsés. Creo que no se le ocurrió que lo que tanto apretaba tuviera que ver con los derechos del hombre. O de las mujeres. Y eso que tras la Revolución Francesa el corsé cayó en desuso por considerarse una opresión para la mujer. Napoléon lo llamaba "asesino de la raza humana". Da igual, a partir de 1820 volvió a usarse. Ahora tenemos un folio que aprieta más que las ballenas.

Pero no quedan ahí los retos. Lo último de los adolescentes es colgar vídeos en Twitter donde salen ellos resbalando en una piel de plátano como en los dibujos animados. #bananapeelchallenge se llama esto. Es tonto pero mejor que lo del folio.

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