Menú

La crisis de la calidad

Le Qualité Tasca, que está en la calle Ponzano, quiere diferenciarse por su calidad.

Le Qualité Tasca, que está en la calle Ponzano, quiere diferenciarse por su calidad.
Le Qualité Tasca

En el corazón de Madrid, en la calle Ponzano, nace un nuevo espacio gastronómico en el que dos jóvenes empresarios han decidido centrarse. Desembarcan en un momento en el que la crisis parece ir a menos y en el que la gastronomía es tendencia. Concursos como Master Chef o personajes como Chicote empujan a los españoles a sacarle más placer y más partido a la cocina. Y es que Le Qualité Tasca, nombre que le han dado Marcos Gavela y María Antón a su acogedor espacio de culto a la comida, quiere diferenciarse por su calidad.

Son ocho meses de andadura para el restaurante, ubicado en la Calle Ponzano 48, cuyo plato estrella es el Pulpo de ría de Bueu (Vigo), 100% natural. Un pulpo sin aditivos ni conservantes ni procesos de engorde. Un producto que no es fácil de encontrar en Madrid, pues normalmente se ofrece pulpo de Marruecos o del Mediterráneo. La carne es otro de sus puntos fuertes, procedente del Valle de Fornela (Bierzo), de la única ganadería tradicional existente en la zona, donde el ganado vive y pasta en total libertad en alta montaña, consiguiendo una carne de excelente calidad y sabor. Evitar intermediarios implica que el precio final no suba, manteniéndose en una media de 30 euros por persona.

Podría darse una pequeña crisis "sensorial" en este sector, en la que los clientes no saben lo que consumen. La decoración le ha quitado protagonismo a la calidad del plato. Por un lado, los restaurantes de lujo apuestan más por la estética que por la comida, y cuando ésta es realmente buena, encarecen los precios. Paralelamente, los restaurantes más asequibles, obvian darle importancia a la procedencia de los alimentos. Y, en medio de todo esto, pocos son los consumidores que saben apreciar la calidad.

Entusiasmo, originalidad, pasión y, sobre todo, calidad, son las cualidades necesarias para poder sacar adelante un negocio como el de Marcos y María en medio de un mercado saturado y unos consumidores no siempre entendidos.

Montar un negocio de hostelería en medio de la crisis... ¿la gastronomía está en crisis o por el contrario es algo que se ha puesto de moda?

España está sufriendo una profunda crisis a todos los niveles, y la gastronomía tampoco se libra de ella, pero aún así, hemos querido apostar por un buen producto, evitando intermediarios que encarecen el mismo y que hacen que al industrializarlos se pierda calidad, obteniendo como resultado un lugar agradable donde disfrutar de un buen vino y de unos platos de máxima calidad. Es cierto, que los programas de cocina de televisión han hecho que la gastronomía ocupe un lugar más interesante que hace unos años, y que el cliente se preocupe por lo que come.

Madrid tiene una gran oferta gastronómica, ¿qué os diferencia?

Sobre todo el producto. Nos hemos recorrido España personalmente buscando la mejor materia prima en pequeños productores y artesanos, consiguiendo de algunos de ellos que seamos sus únicos clientes en Madrid, para ofrecer además de calidad en un plato, salud.

¿Cuál es vuestro público objetivo?

Un público que sepa apreciar el buen producto, servicio y ambiente, donde se miman cada uno de los detalles para ofrecerle una experiencia única tanto en pareja como con amigos o familia.

Aseguráis que las croquetas y el pincho de tortilla es lo que más piden los madrileños... ¿os adaptáis, entonces, a los gustos de los clientes?

Sí, son dos de los platos más típicos de la hostelería madrileña, ofrecemos unas croquetas totalmente artesanas y un pintxo de tortilla en tres texturas para jugar un poco con la fusión de un plato tan tradicional. Por otro lado, intentamos que el cliente disfrute y pruebe otros platos artesanos pero con un toque de fusión, y la verdad es que lo agradecen mucho.

La importancia que le dais a la calidad de los productos, encarece el precio…

Nos basamos estrictamente en la materia prima de calidad, desplazándonos hasta el lugar de origen de las mismas para comprobar el producto que ofrecemos. Al evitar intermediarios, los precios están más contenidos y ello se traduce en el precio de nuestros platos, y que el producto no se haya industrializado, ganando en sabor, cualidades y salud.

¿Aprecian los españoles la calidad de los productos?

Es cierto que no todo el mundo está concienciado con la calidad, a veces se valora mucho más la cantidad de un plato que la calidad del mismo, pero creemos que poco a poco se está llegando a inculcar que el comer bien es también salud.

En Chic

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura