Seguramente alguna vez hayas oído que los estampados entre sí no combinan. Y en realidad, esa norma es un clasicismo puro que casi pretendería que nadie metiese la pata en decoración. Pero también hay un refrán que dice que las normas están para incumplirlas, para saltárselas, y si se salta esa con algunos trucos, se puede llegar a conseguir resultados realmente impactantes. ¿Cuántas veces has visto en las revistas habitaciones en las que hay papel pintado, un estampado en los cojines e incluso una alfombra dibujada a la vez y resulta que queda bien? No es magia.
En realidad, el truco principal para combinar estampados en decoración se encuentra precisamente en el hecho de que necesitamos elegir uno que destaque sobre los demás. El que más llama la atención debe convertirse en el foco de toda la estancia. Solo de ese modo vas a poder añadir otros estampados que aunque no tengan nada que ver (algo siempre tienen), parecerá que quedan como una decoración de revista y no como un batiburrillo de cientos de cosas que no casan ni a trompicones.
La idea de que el estampado principal centre el foco va a marcar la elección del resto de estampados. Ya sea a partir de colores parecidos, ya sea a partir de tonos contrastados, se deben configurar los demás estampados. Así, por ejemplo, si eliges decorar con papel pintado en tonos grises y blancos la pared, no podrás elegir un estampado para los cojines en amarillo. El amarillo es un color que por su naturaleza llama demasiado la atención, y los tonos de la pared en este caso son más neutrales. Así que si el foco estaba en la pared no lo pierdas. Si no acabas de verlo, busca mejor otro foco para no equivocarte combinando estampados.
Otra de las cosas importantes a la hora de que los estampados cuadren bien aunque sean muy distintos son las formas y las texturas. Hay que jugar con distintos tejidos, que parezca que se superponen y aportan dimensión a la habitación. Al mismo tiempo, los tamaños y las líneas van a ser fundamentales para que el ojo se dirija primero hacia el que hemos decidido será nuestro estampado de foco, y después, hacia los demás elementos de la estancia. No es sencillo, y quizás por eso nos dicen desde pequeños que los estampados no combinan. Pero ¡quien no arriesga, no gana!