Los gimnasios suelen estar separados por géneros. Las chicas en las clases de aerobic y las cintas de andar, los chicos en la sala de pesas y las máquinas. Como si hubiera ejercicios para hombres y ejercicios para mujeres. Esto es un error.
Los ejercicios físicos son los mismos para hombres y mujeres. Funcionan igual de bien (o mal) para cambiar tu cuerpo y hacerte más fuerte, atractiva y sana. Muchos hombres piensan (con razón) que esa clase de aerobic no es efectiva para ellos. ¿Sabes una cosa? Tampoco lo es para ti.
Todo esto obedece a prejuicios sin sentido y al buen sentido comercial de los gimnasios, que quieren atraer a la mayoría de personas que se los creen. Estos son algunos de los prejuicios femeninos más corrientes:
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Si hago pesas ganaré volumen y pareceré más gorda.
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Yo lo que quiero es tonificar y perder dos kilos
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Yo solo quiero hacer ejercicio de la parte X
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No quiero lesionarme
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La gente del gimnasio me mira
Todo eso no es más que basura mental y desinformación. Deja que responda:
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No te va a pasar. Convertirse en una de de esas enormes mujeres culturistas de color marrón es una tarea de años y hace falta comer una cantidad enorme de pollo. Las pesas te harán parecer más delgada y más atractiva, porque reducirán tu cintura y tus caderas, al mismo tiempo que redondearán tus brazos, hombros y piernas.
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No, la tonificación no existe. La báscula no significa nada. Solo hay pérdida de grasa y ganancia de músculo, y eso es exactamente lo que quieres. Puede que tu peso no cambie, pero te sentirás mucho mejor.
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No se puede adelgazar de una sola parte. Si no ejercitas todo tu cuerpo, y especialmente los músculos grandes en tus piernas y tu tronco, no te servirá de nada. El gimnasio será más rico y tu seguirás igual.
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Los ejercicios de pesas te hacen más fuerte, y eso quiere decir que corres menos riesgo de lesionarte. Todo consiste en empezar progresivamente y con las posturas correctas.
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Sí, la gente del gimnasio te mirará cuando vayas a hacer pesas. Seguramente con admiración y envidia.
El reparto del gimnasio
En el reparto del gimnasio, los hombres se han quedado con la mejor parte. Los ejercicios de pesas y calisténicos (con tu peso corporal) son mucho más efectivos para cambiar tu cuerpo que pasarse dos horas entre la máquina elíptica y la clase de salsa-zumba-funk. Piénsalo: con una hora de pesas tendrás siempre mejores resultados que en dos de cardio. La mitad de tiempo.
¿Qué encuentras en la sala de pesas de un gimnasio? La primera vez parece que has entrado en una cámara de tortura medieval, llena de instrumentos de hierro de aspecto amenazador. En realidad, todo lo que hay en un gimnasio se puede reducir a tres grupos:
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Máquinas para empujar: con esto puedes ejercitar tu pecho, piernas, hombros, gemelos.
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Máquinas para tirar: son poleas y máquinas con las que haces ejercicios para tu espalda y bíceps, fundamentalmente.
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Peso libre: barras y mancuernas, la parte del gimnasio donde nunca vas y donde deberías ir mucho más a menudo.
Peso libre: el secreto mejor guardado
Para los principiantes, las máquinas tienen algunas ventajas. Es muy difícil lesionarse. Son fáciles de aprender. Para el gimnasio, significan menos gasto en monitores, en pólizas de seguro de accidentes y además, hace que el gimnasio parezca más moderno.
Sin embargo, casi todos los ejercicios que se hacen con máquinas se pueden hacer con peso libre. Por si fuera poco, los ejercicios con peso libre son mucho más efectivos.
El peso libre se reduce en general a dos tipos de pesas: barras y mancuernas. Las barras se pueden cargar con discos de distintos pesos. Las mancuernas suelen estar en un mostrador donde las encontrarás de todos los tamaños, desde un kilo hasta 40 o más.
Cuando llegues al gimnasio y tengas tu primera conversación con el monitor, lo más habitual es que te trate como a una mujer típica. Su tarea no es solo ponerte en forma, sino también conseguir que te sientas bien en el gimnasio y pagues las cuotas durante mucho tiempo.
El monitor sabe que muchas mujeres tienen miedo de las pesas y mucho más del peso libre. Así, para no asustarte, evitará esos ejercicios que precisamente son los que más pueden ayudarte.
Por ejemplo, las sentadillas con una barra son un ejercicio básico que puede cambiar radicalmente el aspecto de tus piernas, caderas y cintura en muy poco tiempo, incluso aunque empieces con una barra vacía. Pero muy pocas mujeres hacen sentadillas en los gimnasios. En su lugar te pondrán un programa con diez máquinas distintas y media hora de cardio en elíptica.
¡Insiste! Si le dices a tu monitor que quieres hacer ejercicios con pesas porque buscas ganar músculo y perder grasa, y le pides que te enseñe a hacer ejercicios básicos con peso libre, como sentadillas o remo, verás como se le ilumina la cara con una sonrisa y te recomienda un programa totalmente diferente.
Acompaña tu comienzo en el gimnasio con una dieta limpia, desayunando proteínas, eliminando azúcar y harinas, y comiendo a las horas adecuadas.
¿No sabes por dónde empezar? Quizá hayas oído hablar de la Operación Transformer. En un solo mes serás tú quien sonría. En tres meses, habrás cambiado por completo.