En los últimos años el estilo minimalista ha ido imponiéndose en la organización de los hogares, y las personas han ido configurando su espacio en base a unas características de marcado orden. Pero actualmente, un estilo clásico ha vuelto a resurgir, el rococó, un arte que rompe los esquemas del minimalismo al guiarse por un ideal barroco, en el que influyen enormemente las curvas y la sobrecarga de elementos en un espacio. El gusto por lo antiguo ha favorecido a que el toque clásico vuelva a formar parte de las casas.
Hasta ahora suele ser habitual ir a los hogares de familiares o amigos y descubrir que abundan colores neutros, a la vez que el mobiliario y estilo de los muebles y objetos se definen por formas rectas y sencillas, con los que se transmite la sensación de encontrarse en un lugar amplio de tranquilidad y claridad. Estos rasgos minimalistas que se han posicionado durante bastante tiempo, han visto frenar su expansión en los hogares por un estilo totalmente diferente a él, un aire decorativo que vuelve después de estar mucho tiempo olvidado, y que solía verse a en mansiones o palacios de hace siglos.
El arte rococó francés, característico del siglo XVIII, ha vuelto para tener cabida en la actualidad, pues las últimas apuestas por el vintage han abierto camino para que se recuperen las formas y colores propias del arte clásico. De ahí que no resulte extraño encontrar en estos momentos objetos como lámparas estilo araña, consolas retro, sillones con líneas curvas; o sofás con tapizado capitoné.
Por supuesto, a la hora de decorar las estancias con mobiliario clásico hay que tener en cuenta que supone absorber unos diseños encaminados a las líneas curvas y a las capas de texturas y colores. De esta forma, con el ‘rococó’ se consigue un toque más voluptuoso con el que mostrar un ambiente más acogedor y dejar a un lado la sensación seria y aséptica.
Respecto a los muebles, están diseñados de forma que no sigan una simetría o líneas rectas, y se centran más en buscar la comodidad y sencillez, empleando una mezcla de colores, con tallados dorados y patas largas, así como solapa oblicua y compartimentos ocultos. En cuanto a las dimensiones, pueden ser grandes o pequeños pero normalmente son livianos, con la idea de que sean transportables para poder ponerlos en un lado u otro, ya sea porque queremos darle una vuelta a la distribución de una sala después de un tiempo o porque queremos invertir la decoración de dos estancias.
Aunque si hay un elemento indispensable en cualquier espacio decorativo de estilo rococó, ese es el espejo. Éstos son de un gran tamaño y suelen ir encajados dentro de enormes marcos de madera ornamentado con colores dorados y temáticas relacionadas con la naturaleza, mitología, temas galantes y amorosos.
Eso sí, las personas que deciden dar un toque clásico de estilo rococó a su hogar deben ser conscientes de que han elegido una decoración extravagante y rico en aspectos visual. Es una buena manera de romper con lo establecido en las últimas décadas y ayudar al resurgimiento de una época artística única y especialmente llamativa.