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Katy Mikhailova

Apropiación indebida del rojo

La Roja por aquí, La Roja por allá. ¿De quién se trata? ¿De La Pasionaria que ha revivido? ¿De alguna comunista transgresora?

La Roja por aquí, La Roja por allá. ¿De quién se trata? ¿De La Pasionaria que ha revivido? ¿De alguna comunista transgresora?
Ramos y Jordi Alba | Efe

La Roja por aquí, la Roja por allá. ¿De quién se trata? ¿De La Pasionaria que ha revivido? ¿De alguna comunista transgresora? Porque me siguen chirriando los oídos cada vez que oigo, escucho o leo esta apropiación poco afortunada y con mala uva que ha creado Mediaset para referirse a la Selección española. Repito -o transcribo, Selección española, de España. Sí, ese país cuya bandera, de la que algún que otro catalán y vasco renuncian, se compone de dos colores: rojo y amarillo.

Pero si eso de La Roja fuera poco, lo mejor es el hashtag de Telecinco que utilizaban para motivar a nuestra selección con #LaRojaSíPuede para el partido contra Chile. No puedo -y valga la redundancia- con el verbo <poder>. Está, para empezar, más que demostrado que la Selección española puede, pudo y podrá ganar en un futuro de nuevo -cuestión aparte son los errores inexplicables de Del Bosque-, demostrándole al mundo entero que es una de las mejores selecciones de fútbol y que el ‘tiki-taka’ aún existe. Pero ese #podemos ya empieza a oler sospechosamente al Coletas.

Se trata de un verbo, en primera persona del plural, del que se ha apropiado Pablo Iglesias, no solo como eslogan, sino también como nombre que recibe su mísero y engañoso partido. Quizás un guiño al timo del eslogan de Obama, el Zapatero bronceado, con el ‘Yes, we can’. Aunque lo mejor no es el nombre del partido del Coletas; es el logotipo compuesto por el rostro del hombre que defiende la guillotina como arma de la democracia, entre otras muchas gilipolleces que va diciendo.

El rojo, de siempre, ha sido el color que ha simbolizado el calor, la pasión y la sangre. Si bien los zapatos de Prada de Benedicto XVI, cuya suela era de color rojo, simbolizaban la sangre de Jesucristo, otros se han apropiado, ya desde las revoluciones obreras, del color para romper con la templanza, paz y calma que transmite el color azul, asociado al conservadurismo. No hay más que ver la "dicotomía" que sufre España también en los colores: azul del PP vs. rojo del PSOE.

Pero a la moda le importa tres pepinos esto de la política. Louboutin, aun sabiendo que la paleta de colores es limitada, por lo que es un bien difícil de registrar como marca, consiguió ganarle el juicio a Yves Saint Laurent en la apelación tras haber denunciado Christian a la firma francesa. De ello ya escribía yo en ‘La mierda se pisa igual’. Si nos ponemos así, Valentino también podría imponerse; pues bien conocido es ese famoso ‘Rojo Valentino’ que no es más que un rojo pasión de toda la vida.

Todo queda bonito mientras sea un simple juego de palabras con las que decorar las páginas de las revistas de moda. Lo preocupante del asunto es con qué facilidad los españoles han acogido el término de ‘La Roja’ que esconde, tras de sí, una manipulación semántica. Por no decir que bien elegantes que iban de azul marino en la final contra Holanda. ¿Ahora qué hará Mediaset con una España eliminada? ¿ #podemosVolverConOrgullo ? ¿Otro ‘podemos’? ¡Qué cansinos y qué poco originales!

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