Esta semana nos hicimos eco del sorprendente cambio de aspecto de la actriz Stockard Channing, conocida por su papel de Rizzo en Grease, de cara a la nueva remesa de episodios de la serie The Good Wife. Tal y como atestiguó Rosa Belmonte en Chic, "tiene 69 y su entonces preciosa cara tirando a Elizabeth Taylor moderna es como un colchón de lana" debido a una sucesiva cadena de operaciones estéticas e inyecciones de bótox.
"Las caras mal tocadas e inyectadas de algunas señoras, con esos bultos, da la impresión de que necesiten ser amasadas e igualadas cada mañana", aseguraba la colaboradora de esRadio.
El caso de Lara Flynn Boyle, una de las atractivas protagonistas de Twin Peaks y una de las "femmes fatales" del cine de los noventa, es muy similar al de la más veterana Channing. La actriz, de 43 años, luce un aspecto muy cambiado (y desmejorado) desde que se diera a conocer en aquellas fechas.
Flynn Boyle, cuyo romance con Jack Nicholson la ha mantenido en el candelero más que su reciente carrera cinematográfica, aparece francamente mal en fotografías recientes. Sus frecuentes visitas al quirófano han sido notorias en los últimos años, pero su estado actual -y el contraste con el que lucía hace una década- es desastroso.
El relleno aplicado en labios y pómulos no sólo ha anulado su expresividad, sino que ha deformado su cara hasta extremos aterradores. ¿Seguirá esta deriva o se dará cuenta del estropicio?