No importan las dimensiones sobre plano de nuestro hogar, bajo nuestro punto de vista siempre faltará espacio. O bien, con el tiempo y el añadido constante de mobiliario y elementos decorativos, podemos acabar agobiándonos por el conglomerado de piezas que se ha convertido nuestra casa. Pero ¿por qué no convertimos ese conjunto de complementos hogareños en una suma de espacio y amplitud? Evidentemente no vamos a poder alargar los metros cuadrados, pero sí podemos conseguir una casa más diáfana con una serie de pequeños trucos. ¿Quieres conocerlos?
El primero lo encontramos en las paredes, donde deberá reinar la homogeneización para "ganar altura", ya que si se pintan todas iguales - techo incluido – conseguiremos que los límites se difuminen y se cree una sensación de elevación del techo. Hay que evitar los cambios bruscos de color, por lo que la elección de éste también es importante. Podemos optar por colores neutros (blanco, beis, avainillado...), aliados indiscutibles de la claridad y la amplitud por sí mismos. En cambio, si no queremos tanta neutralidad en casa, la apuesta por la misma gama de colores es una opción, de forma que tendremos más de un sólo tono, pero con la misma base cromática que nos permitirá mantener la uniformidad. El uso de acabados y texturas brillantes se convierte también en un extra ya que reflejan la luz y la multiplican.
Precisamente, la luz es otro de los caballos de batalla por el espacio. Por eso, es importante que tratemos de no obstaculizarla con muebles altos u otras barreras como, por ejemplo, las puertas. Si en vez de ponerlas opacas, optas por cuarteros de cristal no sólo ganarás claridad, sino profundidad y continuidad visual. Además, la inclusión de cristales no tiene porque significar pérdida de intimidad puesto que los hay satinados para evitar la transparencia total, mientras que los biselados nos proporcionarán seguridad.
Dentro de esta variedad de cristales básicos para ganar espacio no podemos olvidarnos de los cristales, fieles compañeros de los juegos visuales que permitirán ampliar nuestros espacios. Un espejo al final de un pasillo, por ejemplo, es capaz de generar un efecto óptico que alargue el corredor. También puedes colgarlos en la pared en dirección hacia las ventanas para atrapar sus vistas o bien a pie de suelo para ofrecer continuidad través del reflejo del pavimento.
Finalmente, el mobiliario es el tercer elemento que puede convertirse en amigo o enemigo en nuestra búsqueda de amplitud. En esta última categoría encontramos los muebles muy oscuros, porque empequeñecen los espacios y les restan luz. Por eso, la apuesta segura está en aquellos que son claros o blancos, pues recogerán y proyectarán mejor la luz, incluso pueden llegar a producir un efecto camuflaje, a través del efecto difusor de la luz, si las paredes también están pintadas en los mismos tonos. Una casi "invisibilidad" que se verá potenciada si elegimos muebles de materiales ligeros que, además, no incluyan ni tiradores ni uñeros.
En el caso de sofás y sillones opta por aquellos con diseños sencillos sin amplias orejeras ni apoyabrazos exagerados, y colócalos en forma de "L". De esta forma, no sólo evitarás obstaculizar zonas de paso, sino que te ayudará a distribuir el espacio de, por ejemplo, el salón-comedor, ya que podrás dividir uno y otro sin necesidad de grandes obstáculos – como estanterías o librerías – que resten luminosidad y amplitud. ¡Pon en marcha algunos de estos consejos y dale espacio a tu vida en el hogar!