Son muchos los recuerdos desordenados que me llegan. Algunos avanzan y otros retroceden en el tiempo. Los muy pillos, zigzaguean y se cuelan por cualquier rendija de mi memoria. Algunos son dulces, tan dulces como esas nubes rosas que se encuentran en las ferias de barrio. Otros, en cambio, van cargados con una cucharadita de pimienta y una pizca de arrepentimiento. No rechazo ni a unos ni a otros, tan solo dejo que se posen en las ramas de mis recuerdos y que agiten sus alas cuando desean marcharse.
¿Qué me ocurre esta noche? No lo sé bien... Puede que la mezcla de estos medicamentos que combaten mi gripe, provoquen estos efectos en la memoria. O quizá no sea esto, ni el balanceo de las cortinas. Quizá es que encontré a una buena amiga y en mitad de la noche me acordé de ella.
Buenas noches.
Carlos Vicente