La llegada del buen tiempo nos invita a disfrutar del sol y el aire libre, así que si eres de los afortunados que cuentan con terraza en su hogar es hora de poner a punto ese espacio de tranquilidad capaz de convertirse en nuestro pequeño reducto de desconexión. La personalización y la concordancia con nuestro estilo propio y el de nuestro hogar debe ser la base de nuestro acondicionamiento.
Uno de los elementos indispensable en nuestra terraza debe ser la vegetación. Ésta nos proporcionará la frescura indispensable ante las temperaturas cálidas que se avecinan. La forma y colocación de las plantas puede ser muy diversas, a la vez que ayuda a la distribución de nuestro espacio exterior. De esta forma, si optamos por el uso de jardineras y macetas nos permite marcar el lugar destinado al mobiliario o separar dos zonas de la terraza. El toque de color también es posible si forramos los maceteros con distintas telas o tejidos.
Por otro lado, tenemos la opción de los jardines verticales o las enredaderas. Estos, además de ocupar menos extensión gracias a su posición vertical, cubren las paredes decorando y ayudando a crear espacios relajantes, naturales y saludables precisamente en el lugar en el que buscamos un respiro de nuestra rutina del día a día. Aquellas más utilizadas son las enredaderas o hiedras de la familia de la Parra virgen o Bignonia. Esta última, a diferencia de la parra, produce flores que ayudan a crear esa nota de color en nuestra terraza. Lo ideal es colocarlas en aquellos lugares que ofrezcan luz y sombra. Ambos elementos son necesarios para el cuidado y supervivencia de estas plantas, ya que necesitan frescor en las raíces y luz en hojas.
Asimismo, las enredaderas son un complemento perfecto para cubrir y decorar las pérgolas. Esta especie de cenador, junto a los toldos, se convierten en otro de los indispensables de toda terraza, ya que protegen del sol sin perder luz y evitan que el espacio se convierta en un horno con las altas temperaturas veraniegas. Las posibilidades de estos protectores solares se adaptan a la dimensión y el estilo. Así, existen desde los toldos simples adosados a la pared y extensibles, hasta aquellos que incluyen cierre de cortaviento, aunque este último quizá resulte más antiestético dado su armazón. como alternativa, encontramos la pérgola, ideal para espacios amplios y abiertos ya que permite adaptar un toldo tanto para la parte superior como en los laterales, creando un efecto de cortina fácilmente retirable o extensible en función del grado de intimidad que deseemos.
A la hora de decorar su interior no podemos olvidar la importancia de que el mobiliario sea específico para exteriores y así garantizar su mejor conservación y duración. La elección del estilo ya es personal e individual en función de los gustos de cada uno. Si no sabes muy bien por donde empezar apunta algunas de las tendencias más destacadas, quizá se conviertan en una línea de inspiración abierta a tu personalización, por supuesto:
• Romántico: con un carácter vintage y sencillo que invite a soñar.
• Minimalista: un predominio de líneas claras y sencillas sin excesos de ornamentaciones y un aire urbanita.
• Rústico: la búsqueda de la tradición a través de materiales de mimbre y madera que evoquen a las raíces.
• Natural: el reinado del verde, el cual permita aprovechar el paisaje natural del entorno o bien crear uno propio para aislarnos.
