Álvaro Ramírez de Haro Aguirre tiene 32 años, y es vocal asesor de Jaime García Legaz, secretario de Estado de Comercio. Es el hijo pequeño de Esperanza Aguirre, el único que ha sentido la vocación política de su madre. Esta semana, tras conocerse la dimisión de la presidenta de la Comunidad de Madrid habló con LOC sobre el papel de su madre y su futuro en el mundo de la política.
Según explica Ramírez de Haro, cuando le comunicó a Aguirre que quería seguir sus pasos ella "me insistió en que tuviera una profesión a la que pudiera volver". Aunque su madre prefería que diera el salto a la política cuando ella hubiera abandonado, Álvaro explica que "se animó" a hacerlo "con el cambio de gobierno". Hasta entonces, trabajaba en un bufete de abogados, aunque "siempre he tenido vocación de servicio público, como ella".
No obstante, señala que "no me pongo metas con respecto a los cargos que vaya a alcanzar. Como mi madre, prefiero conseguir logros para el bien de España desde la oposición más útil". Por otro lado, Álvaro Ramírez de Haro rechaza que su cargo tenga que ver con el enchufismo: "Yo no he venido aquí a vivir de la mamandurria. Gano un 30%- 40% menos que como abogado y creo que estoy capacitado para mi puesto".
El hijo de Esperanza Aguirre sólo tiene palabras de afecto para su madre, tanto en su faceta política como en la personal: "Es una madre estupenda y maravillosa. Nos ha apoyado en todo. Ha trabajado mucho, pero siempre ha estado cerca, nunca nos ha faltado". La alaba como abuela, y asegura que no hay un divorcio entre su imagen pública y la privada: "Es así también en privado, natural y espontánea".