Las Huelgas, la otra ‘catedral’ de Burgos
Tener en tu ciudad un edificio de la fama, la importancia y la belleza de la Catedral de Burgos es sin duda un golpe de fortuna desde el punto de vista turístico: no hace falta nada más para atraer a viajeros de todo el mundo.
Sin embargo, para otros monumentos de la ciudad puede darse la paradoja de que la "competencia", por decirlo de alguna forma, sea demasiado fuerte y así una iglesia, un museo o un conjunto artístico que en cualquier otro lugar sería un importante polo de atracción pase más o menos desapercibido.
Algo así parece haberle ocurrido al Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas de Burgos, que une a la larga sombra que proyecta la catedral el hecho de estar un poco alejado del resto del centro histórico y recibe, o al menos esa es mi impresión, muchos menos visitantes de los que merecería.
Por otro lado, siendo un poco egoístas eso tampoco es necesariamente malo: en mi visita a las Huelgas pude estar algo más de una hora y media dentro del recinto y sólo me crucé con una pareja de visitantes y, algo más de lejos, con una de las monjas que siguen viviendo en el lugar, que no ha dejado de ser un monasterio.
Es decir, disfruté prácticamente en soledad y realmente a gusto de un lugar que es realmente único. Pero el egoísmo dura poco y a uno le sabe mal que ese fenomenal pedazo de historia está poco menos que olvidado.
El principal monasterio femenino
Las Huelgas fue una fundación del rey de Castilla Alfonso VIII y, sobre todo, de su esposa, Leonor de Plantagenet, que lo concibieron como un lugar de gran importancia dentro de la vida eclesiástica española, cosa que de hecho fue: la abadesa del monasterio era una de las personas más poderosas de Castilla, sólo obedecía al Papa y tenía derecho a dar licencias a los sacerdotes para que ejercieran. Además, el monasterio estaba dotado con un impresionante señorío material (llego a tener 54 villas bajo su jurisdicción) y con todo tipo de privilegios.
Esa importancia eclesiástica, jurídica y material estuvo ligada a una relevancia simbólica no menor: el lugar era elegido para nombrar caballeros a futuros reyes, para coronarlos y, finalmente, para enterrarlos.
Y, como no, el resultado de todo eso a día de hoy es un conjunto impresionante, con obras de arte, una arquitectura muy interesante... incluso un museo de trajes reales; en definitiva, una auténtico recorrido por la historia y el arte.
Arquitectónicamente el conjunto es espectacular, aunque algunos detalles llamativos quizá nos hagan disfrutarlo menos, por ejemplo la iglesia parece más pequeña de lo que realmente es porque sus tres naves principales está separadas del crucero por un muro que se debe al hecho de que el convento era de clausura.
En la iglesia, de un hermoso gótico primitivo, están los sepulcros de varios reyes de Castilla, algunos de gran importancia artística que todavía sería mayor si no hubiesen sufrido un salvaje expolio por las tropas napoleónicas.
La hermosura de "las claustrillas"
Cuenta las Huelgas con dos claustros, uno de los cuales es además la parte más antigua del conjunto: el de estilo románico conocido como "las Claustrillas" y que es sin duda uno de los lugares más hermosos de todo Burgos.
En las Claustrillas encontramos un ejemplo excepcional de claustro románico y, sobre todo, una colección hermosísimos capiteles con motivos muy variados: desde reproducciones vegetales hasta algunos con referencias arquitectónicas que había visto en muy pocas ocasiones. El conjunto es encantador y uno pasaría horas contemplándolo.
Otros lugares que no hay que perderse del monasterio son las capillas de Santiago y la Asunción. La primera es de estilo mudéjar y cuenta con un artesonado espectacular en su techo, pero lo más curioso es una curiosa estatua – marioneta del apóstol que se usaba para armar caballeros a los reyes. La segunda es un muy interesante ejemplo de arquitectura almohade, cosa excepcional si recordamos que estamos en Burgos.
Por último, tampoco hay que dejar de ver el Museo de Telas Reales, en el que se muestra lo poco que logró salvarse de las tumbas del monasterio tras el expolio francés. En resumen, si van a Burgos no se queden sólo en su catedral y no dejen de visitar esta otra "catedral".
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Hola Carmelo. Tienes razón, cuando visitamos un lugar donde hay un tótem parece como si todo lo demás no existiera. - "Hale, ya lo hemos visto, vamos a comer que después tenemos que ir a este otro sitio..." Una ciudad no se puede conocer en 4 días, por eso vamos a donde nos dicen: "tenéis que ir aquí, aquí y aquí. Y después coméis aquí y las copas aquí y las chicas allí". Todo el rebaño en el mismo redil. Lo ideal sería hacer como los antiguos judíos: 6 años trabajando todos los días de la semana menos UNO y luego pillarte un año sabático para hacer lo que quieras con tranquilidad, para enterarte de algo, no que te enseñen las cosas como si de un trilero se tratase. En fin, tenemos la vida que tenemos: http://elblogdekufisto.blogspot.com/2011/01/los-buenos-se-van.html No vendría mal que os pasaráis a animar a un hombre que acaba de perder a su criatura de dos años: http://castelar-perravida.blogspot.com/2011/01/apnea.html Gracias Carmelo.
Sres.: Como verán, mi apellido es el de HUELGAS, siempre he deseado saber el origen del mismo así como saber si existe relación con el Monasterio de las Huelgas. Dando las gracias anticipadas, JUAN M. HUELGAS
Para conocer mejor este hermoso lugar, hay que vivirlo desde su acogedora hospederia y participar de una liturgia de lujo como hacemos algunas personas al compartir la NAVIDAD con las Religiosas que son encantadoras, acogedoras hacen que te sientas como en tu casa. La convivencia es tan rica que nos damos los teléfonos y direcciones porque tenemos necesidad de seguir en contacto y programar algun viaje juntas,os. "prueben y se convencerán"
Gracias, Carmelo, por hacer tan buena propaganda de Burgos. Yo soy una burgalesa enamorada del monasterio de las Huelgas Reales, que considero un lugar interesantísimo, aunque, naturalmente, menos espectacular que la catedral. Lo único malo es que han desaparecido los excelentes guías que había antaño, las de ahora son bastante mediocres. Pero eso pasa en todos los monumentos de España. Un saludo desde Burgos.
Muchas gracias desde Burgos, de un vecino muy cercano a las Huelgas. Está, efectivamente, un pelín alejado del centro, pero se puede llegar andando en 15-20 minutos por zonas arboladas y una barriada de chalets (no la típica urbanización, sino una antigua, en que cada casa es de una manera y hay mucho verde). Además, las Huelgas están en una especie de "otro" Casco Histórico, pues enfrente hay casas bajas, antiguas, con fachadas diferentes (una de piedra, otra con ladrillo). Tampoco hay que olvidarse del Arco del Amparo, antigua entrada al Barrio.
Estuvimos en agosto pasado en Burgos y puedo recomendar visitar la ciudad en esas fechas, que fresquito, que agradable, hasta tuvimos que comprar algún jersey del frío que pasamos ¡en agosto!. Las Huelgas nos pareció maravilloso, la conservación, la historia que nos contaron, de la hija que prefirió una tumba menos lujosa para estar al lado de sus padres los reyes, en vez del sitio que le correspondía por abadesa. El claustro, impresionante, y el Museo de Telas REales donde aparece el pendón que ganaron a los árabes en la batalla de las Navas de Tolosa(creo). Nos emocionó , y nos pareció que hemos perdido mucha fuerza desde entonces. Recomiendo esta visita , pero no la del monasterio del Cid, una pena.
Otra maravilla española pero ésta es única por su nexo con la reina Plantagenet, hija de una campeona de la participación plena de la mujer cristiana en la sociedad. Deseo volver a Burgos y visitar Las Huelgas de nuevo, pero con un burgalés amigo mío, Javier. Pero vivo en L.A. y como está la situación económica lo veo difícil.
También algo alejada del centro, está la cartuja de Miraflores, donde están enterrados los padres de Isabel la católica, creo, y con arquitectura de uno de los Colonia. Pero Burgos no es Madrid, se recorre con placer, puesto que es de dimensión humana, y se vaya donde se vaya, uno está siempre rodeado de preciosas arboledas. No sé si es por Juan Carlos Aparicio, o por quien, pero esta ciudad, en los últimos años, ha ganado en belleza de una manera asombrosa.