Encuentro hoy un par de historias curiosas e interesantes relacionadas con los viajes. En primer lugar un artículo mirando el futuro, quizá no tan lejano, del turismo: el espacio.
Además de los viajes de millones de dólares a la estación espacial que ya son una realidad, tan pronto como el año que viene será posible ir al espacio por precios más "razonables" como los 200.000 $ que cobrará Virgin Galactic por sus "paseos espaciales". Así las cosas, no resulta tan estrafalario preguntarse, como hacen en este artículo, cuánto durarán los futuros viajes turísticos a la Luna.
Por ahora el récord está en tan sólo poco más de ocho horas y media (establecido un ingenio no tripulado, por supuesto); pero quizá una referencia más válida que podemos tener en cuenta son los tres días y tres horas que tardaron en llegar los astronautas del Apollo 11, con su tecnología de hace casi 40 años. Ya veo los folletos ofreciendo un viaje de una semana a la luna... con todo incluido, claro.
En el polo diametralmente opuesto en cuanto a lo que a glamour y épica se refiere nos encontramos la historia de Richard Elloway, un jubilado inglés que ha viajado de Land's End a John o’ Groats, los puntos más al sur y más al norte de la isla británica (algo que vendría a ser la versión inglesa de hacerse un "costa a costa" en los EEUU), utilizando sólo autobuses urbanos. El viaje le ha costado algo más de una semana pero ni una peseta en transporte, ya que dispone de una tarjeta gratuita para todos los transportes urbanos de Gran Bretaña.
El viaje ha sido, por supuesto, todo un récord y, además, una demostración perfecta de que no hace falta ir al ricón más profundo de la selva para ser todo un explorador y de que, con un poco de imaginación, quién no encuentra su propia aventura es porque no quiere.